lunes, 24 de enero de 2011

SODOMA Y GOMORRA

Llevo varios días en un rodaje. En realidad, se trata de un corto sumamente largo que ya nos lleva ocupando dos fines de semana y días sueltos.

Mi cometido en dicho rodaje es ocuparme en ocasiones de la cámara, iluminar de vez en cuando y hacer lo que me diga el director de fotografía.

Éste último fin de semana, estuvimos grabando en la casa de unos amigos de un conocido de alguien del equipo, que había coincidido con otra persona en un rodaje. Vamos, que nadie conocíamos directamente al propietario de la vivienda.

La cuestión de todo esto, es que el piso se convirtió en un set improvisado donde una de las estancias se convirtió en uno de los platos fuertes del guión "La Habitación del Placer".
Dicha estacia estaba decorada con caretas, consoladores, muñecas hinchables y demás objetos propios de los más perversos deseos que se le puedan ocurrir a cualquier ser humano.

En uno de esos lapsos de tiempo, mientras grabábamos una  de las secuencias, el novio de la chica que vivía en el piso de enfrente llegó con su compañera de piso. (Minutos antes habían estado viendo las estancias y habían quedado prendados con la susodicha "Habitación del Placer").

Emocionados y como queriendo hacerse partícipes del rodaje, llevaban consigo una bolsa de un conocido centro comercial, la cual ofrecieron sin que nosotros supiésemos concretamente lo que contenía.

- Tomar, habíamos pensado que igual lo necesitábais.

Nuestra compañera de producción cogió la bolsa y la miró por encima. A continuación les sonrió.

- Muchas gracias.

Una vez se fueron abrimos la bolsa y pudimos ver :

1) Cadenas para piés y manos.
2) Esposas.
3) Bolas Chinas.
4) Tangas.
5) Un consolador con forma de miembro fálico de desprorcionadas dimensiones.
6) Un bote de lubricante usado y un tanto reseco.

Nos quedamos alucinados puesto que en nuestra habitación del pánico todos los objetos eran mero atrezzo y nada de lo que allí había estaba usado; y en aquella bolsa os puedo asegurar que todo había tenido más de un uso.

Una vez más la realidad vuelve a superar a la ficción. Y no sólo eso, me sorprende el poco pudor de algunas personas, yo lo tendría.