Goize tras comer uno de nuestros platos con tomate. |
Siempre he luchado por no estar gordo.
Quienes me conozcan dirán, no te esfuerzas lo más mínimo, pero sí, peleo a diario por no sobrepasarme en la ingesta alimenticia.
Con lo cual, libro mis pequeñas batallas con tal de que mi cuerpo no se acabe deformando y que mi salud no se resienta demasiado.
Ahora bien, tengo mentalidad de gordo. Eso es así. Estaría comiendo veinticuatro horas (si esto me fuese posible) y es más, comería aquellas cosas que me fascinan todos los días.
Durante los meses de noviembre y de diciembre he estado de co-productor en una película. También ejercí de director de producción, así que me tocaba armar las comidas o al menos llevar la coordinación en este aspecto.
Solíamos ir a restaurantes con menú del día. En otros rodajes me preocupaba por comer más o menos ligero o al menos tener un equilibrio para no sobrepasarme.
En esta ocasión no he hecho caso a mi raciocinio y la ansiedad ha sido la que se ha apoderado de mi saque.
No dudaba en tomar cocidos completos, pasta y normalmente una carne con patatas como segundo plato. El resultado, es desolador, creo que he engordado tras la película y las navidades, unos seis kilos aproximadamente (que a ver como me quito).
Y es que hay ocasiones nuestra mente es tan poderosa, que si nos dejamos arrastrar por la conciencia mala, podemos caer en un error tras otro.
En mi caso, como mi único vicio es la comida, pues en ese caigo.
Por otro lado, no soy de los que comen entre horas (en eso al menos gano).
Suelo hacer tres comidas al día, pero las hago bien.
Quizás, si midiese más estas tres ineludibles comidas y entre medias metiese algo de fruta (como he hecho antaño) la cosa iría mejor.
Desde hace un tiempo vivo con Goize. Disfrutamos mucho de los pequeños placeres, entre los que se encuentra, la comida.
También en diciembre estuvimos en Londres y no nos privamos de nada.
En mi caso, eso ha contribuido también a mi aumento de peso, en su caso, por el contrario, no sé donde narices lo ha metido, pero creo que no ha engordado nada.
Hay que decir también, que ella es una chica atlética y con genes que nada tienen que ver con el engordar. De hecho, todas las semanas se va varios días a bailar, con lo cual su cuerpo está acostumbrado a quemar toda la ingesta calórica que se precie.
En este 2019 a Goize le ha dado por cocinar .- Oye llevamos nueve días y ya he cocinado dos. - Me decía ilusionada.
Un día hizo una crema de verduras y otro día lentejas. Ambos platos sin chorizo ni aditivos (en el caso de las lentejas) y sin demasiada sal (en el caso de la crema).
Ciertamente se está convirtiendo en una cocinera de lujo.
Pero a lo que más recurrimos normalmente son a los platos sencillos y tradicionales.
He vuelto a vivir lo que es comer un arroz con huevo y tomate de brick. (Sólo nos falta el plátano frito para hacer un buen arroz a la cubana). Y saborear en ciertas ocasiones unos buenos macarrones con tomate.
Ayer variamos e hicimos espirales tricolor con tomate. ¡Dios mío que plato más sencillo y tan rico!
Comimos un plato cada uno y después dormimos la siesta.
Cuando me levanté fui directamente a la cocina y merendé / cené otro plato. Hasta arriba.
No os engañaba, tengo mentalidad de gordo.
Me arrepentí. - Tendría que haber comido algo más ligero.- Decía para mis adentros.
- Hay manzanas en la nevera.- Me volvía a culpabilizar.
Pero que os queréis que os diga, comerme esos macarrones fue de lo mejor del día.
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