miércoles, 19 de julio de 2017
NO PUEDO DEJAR DE SER EL ENANITO GRUÑÓN
Tengo claro que en un futuro voy a ser uno de esos abuelillos que se paran a hablar con todo el mundo, a día de hoy suelo hacerlo.
El otro día, paré a un hombre en una cafetería, para preguntarle donde había comprado la camiseta que llevaba puesta.
Cuando voy a los establecimientos intento empatizar con quien está tras el mostrador.
Soy de los que piensa, que hay que intentar (al menos), ser agradable con quien tenemos al lado.
Durante mucho tiempo he tenido un carácter horrible, espantoso (aún a día de hoy conservo un poco de este) pero con el paso de los años me he ido moderando.
Hay que dar a las cosas la importancia justa. Me enfadaba que alguien llegara tarde, que las cosas no estuviesen en su sitio o cualquier tipo de idiotez que os podáis llegar a imaginar.
Debemos de pensar que no somos perfectos y que las cosas no son como nosotros queremos que sean. El mundo no funciona así.
Ahora bien, tampoco muchas personas nos ponen las cosas fáciles y menos en una gran urbe como Madrid.
Actualmente, por circunstancias, estoy cogiendo muchos taxis, Cabify o Uber.
Dependiendo del día y el tiempo que tenga cojo uno u otro servicio.
Tengo que decir con todo el dolor de mi corazón que he encontrado gente desagradable y malas experiencias en los tres servicios:
Taxi
Hoy mismo, un sujeto no ha hecho ni el menor esfuerzo en hacer bien su trabajo. (Ni se ha molestado en poner GPS o similares). Tampoco ha elegido bien su ruta y me he tenido que bajar yo del vehículo para ver el atasco.
- Esto así jefe. - Me respondió.
Una vez llegamos al destino le digo - Pago con tarjeta.
- Joder tío, lo tengo que encender. ¿No tiene efectivo?
- ¡No! ¡Tengo tarjeta! - Le dije airado.
Sinceramente, una experiencia nefasta.
Cabify
Hace unos días me encontraba en una calle del centro de Madrid. Completamente accesible pero que había que callejear un poco.
Estaba con mi pareja (que debido a una lesión éstos días va en muletas) esperando al servicio que habíamos contratado.
Tras esperar un poco a que llegase nuestro coche este no se presentó pero el contador empezó a funcionar.
* Quien haya utilizado esta serie de servicios sabe que si el contador sobrepasa los cinco minutos de espera hay un sobrecoste.
Sorprendido porque no veía el vehículo decidí llamar al conductor.
Me explicó que no quería ir a hasta el punto que le había indicado como recogida, así claramente.
Me gritó, me amenazó e insultó.
Cancelé el viaje que además me cobraron. Evidentemente he reclamado y estoy esperando que devuelvan mis ocho Euros.
Finalmente, tras este lamentable suceso tuve que llamar otro servicio para que nos pudiese llevar.
Uber
Durante un rodaje tuvimos que contratar este servicio. El conductor que llevó a parte de mi equipo hizo otra jugada, parar el contador y acceder por otra ruta para que el coste fuese mayor. El sobrecoste 24€
Todo alegrías.
Uber aceptó la devolución por el incidente con el conductor.
Sinceramente, juro y perjuro que no me quiero enfadar pero no sé como lo hacen pero me hacen que no deje de ser el enanito gruñón.
Mientras seguiré como Morgan de "The Walking Dead" intentando generar paz.
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