No he leído la novela de "El juego de Gerald", pero sí la tengo en mi poder desde hace unos años.
Los libros forman parte de tu existencia según el momento que te toque vivir.
Puedes empezar una lectura y retomarla años después o por el contrario comprar un libro y nunca leerlo.
En el caso de "El juego de Gerald", no he encontrado el momento de adentrarme en sus páginas, pero sí he visto la película producida por Netflix.
El filme cuenta la historia de una pareja que para recuperar su apetito sexual, decide pasar un fin de semana en una casa a las afueras y así probar nuevas experiencias.
Para ello realizan una especie de juego sadomasoquista con toques de violación que no acabará como ellos esperaban; ya que Gerald sufre un infarto debido a la excitación y a unas pastillas de viagra que aceleran sus pulsaciones.
Es entonces cuando su esposa, Jessie, deberá sobrevivir mientras se encuentra esposada a una cama.
A partir de ese instante entran a jugar diferentes elementos (SPOILERS). Un perro salvaje al que casi atropellan al comienzo de la cinta logra entrar en la casa y se come el cadáver del hombre.
Diferentes espacios temporales donde Gerald habla con Jessie a modo de diálogo marital basado en reproches (me gusta este punto porque aquí vemos como funciona el subconsciente de la mujer), y la aparición de un extraño ser que representa a la muerte y del que Jessie intenta huir ,(o mejor dicho) persuadir, para que no le quite la vida.
Si bien la cinta cuenta con sus dosis de gore, terror e incluso por así decirlo "angustia", me da la sensación que funciona como un reloj, incluso, cuando la mujer logra deshacerse de las esposas y escapar.
Una vez más Netflix clava su propuesta. Una vez más lleva a lo más alto un producto de Stephen King. Tanto es así, que creo que "El juego de Gerald" es de lo mejor del año.
Mención especial a sus dos protagonistas Carla Gugino y Bruce Greenwood quienes están verdaderamente memorables.
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