martes, 4 de octubre de 2016

FIGHTERS

Estaba durmiendo en casa de un amigo. Esa noche me había costado conciliar el sueño. El calor del verano no me dio tregua.

Eran como las ocho de la mañana. Unas voces me despertaron.


- ¡Nano, no me jodas!

- ¿Cómo que no te joda?

Me asomé a la ventana. Se escuchaba barullo, ruido.

- Déjalo tío, no merece la pena. - Decía un tercero.

- ¡Me has robado mis cincuenta Euros!

- ¡Yo no te he robado nada!

- ¡Sí que los tienes! No me jodas, eso es lo único que tengo.

Repentinamente escucho un ¡Zas! Un golpe seco. Si habéis presenciado alguna pelea sabréis de lo que os hablo.

A los pocos segundos veo a un chico sin camiseta y con toda la cabeza repleta de sangre.

- ¡Me has robado los cincuenta Euros y me haces esto! ¡Te voy a denunciar y te voy a quitar todo tu dinero! ¡Ya sea mucho o poco te lo voy a quitar!

El otro aún le retaba.

- ¡Vamos, ven aquí!

Otros chicos aparecieron, les separaron. El agredido se fue del lugar.

A los pocos segundos el que había golpeado al otro chico apareció junto con otro amigo.

Se quitaron las camisas, estaban repletas de sangre. Se dirigieron a una fuente próxima a donde yo me encontraba.

- ¡No vuelvo a salir contigo! - Le decía el no agresor a su amigo. - Para un día que salimos y lías esto. Se acabó.

El otro no decía nada mientras se limpiaba la camisa.

Una vez terminaron de limpiar sus camisas se fueron. Me sorprendió la frialdad de los dos.

Tras tal lamentable espectáculo ya no pude dormir.

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