A medida que avanza la saga nos damos cuenta que lo que prima es la Serie B por encima de todas las cosas y ahí va lo que quiero reivindicar "Los Chicos del Maíz III: La cosecha urbana" ("Children of the corn III: Urban Harvest" - James D.R. Hickox (1995)) es sin ningún género de dudas un gran producto de Serie B.
Pues al igual que otras sagas como la de "Viernes 13", (en el caso de la saga de Jason Voorhees el campamento Cristal Lake) llega un punto que el pueblo donde se desarrolla la acción no da para mucho más, así que se decide trasladar la acción a la ciudad.
En esta ocasión son dos de los niños del poblado los que se trasladan al entorno urbano. Uno de ellos es por así decirlo "normal" mientras que el otro Eli, al igual que otros homónimos de la saga tiene las dotes de predicador convincente y maniaco.
Como en la segunda parte de la saga, tenemos escenas en iglesias, adultos muertos o incluso alguna que otra muerte que no viene a cuento; pero el elemento diferenciador en esta tercera entrega son unas mazorcas de maíz que Eli trae en su maleta y que decide cultivar en un terreno próximo a su casa.
El sanguinario Eli. |
La plantación crece de manera descomunal, dando unas mazorcas con un gran aspecto y contundencia (por así decirlo).
Así que un empresario se da cuenta de ello y decide exportar el producto a Alemania. ¿Y por qué Alemania? porque sí, porque a principios de los noventa estaría de moda tras la caída del muro de Berlín y ala para allí que se van las mazorcas.
Lo que este empresario no sabe, es que esas mazorcas, una vez plantadas son el origen del mal que una vez enterrado se extenderá por la tierra.
Y es que una vez finalizada la peli, (SPOILER) vemos como la plantación termina en Hamburgo y con una contundente música final nos indica que lo peor está por venir.
Pero antes que esto suceda, en la peli se produce un elemento que cambiará el curso de los acontecimientos, este se transforma en un monstruo que sale de la plantación.
Me parece absolutamente demencial este hecho. Y es que el guión de la película se saca de la manga un ser muy similar al de "Braindead: Tu madre se ha comido a mi perro" ("Braindead" - Peter Jackson (1992)) porque quieren y pueden.
El impresionante monstruo final. |
Pero es que no sólo eso. Eli emana una fuerza vital a lo largo de la película que parece que lanzase ondas vitales como las de Goku y Vegeta en los comics de "Bola de Dragón" para cargarse así al personal.
Esos momentos están tan faltos de recursos y se nota que es un coloreado sobre negativo. Lo que hace que esta tercera entrega sea Serie B de calidad.
¡¡Onda vital!! |
Tampoco lo pensaba de la segunda y esta tercera se ha superado.
Quizás lo mejor esté por venir, o no.
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