Este blog lleva por título "La Vida es Serie B" pero pocas entradas he realizado desde su re-inaguración a comentar películas u otro tipo de contenido relacionado con la Serie B.
Una vez al año, escribo en el Fanzine, Zonacine a cerca de algún título emblemático del género de terror y fantástico pero poca cosa hago aquí, sobre este género (nunca lo llamaría subgénero) que tanto me apasiona.
Hace poco tuve que viajar a Asturias.
En la que es mi tierra de nacimiento, poco tengo que hacer por allí más que estar con mis padres.
Mis amigos se han casado, tienen hijos y la verdad tampoco me apetece mucho más que estar en casa.
Ahora bien, aprovecho esos momentos en familia para ver películas.
Mi padre, por ejemplo, tiene un paquete básico de Movistar. Dicha suscripción posee bastantes películas que no he visto.
Naufragando por el menú de la plataforma me topé con "Kull el conquistador" ("Kull the Conqueror" - John Nicorella (1997)).
Desde niño la había visto en las estanterías de distintos videoclubs o en ediciones en DVD pero nunca me había dado por visionarla, así que me puse manos a la obra.
Como era de esperar, "Kull el conquistador" era una especie de film con aires al cómic de "Conan" (a su vez está basada en el cómic de "Kull" otro "Conan" de la época) que poco tenía de atractivo o de especial para el gran público de la época.
Su falta de medios es una constante en una película, en la que a pesar de venderse como producto de acción, carece de interés puesto que a los pocos minutos ya sabemos como va a concluir.
Por otro lado, ni la aparición de actores carismáticos de la época como Kevin Sorbo o la atractiva Tia Carrere contribuyen demasiado a una película (aparentemente barata) pero con un coste aproximando de un 20 millones de dólares.
Las criaturas, el CGI y otros elementos utilizados en la cinta dejan un mucho que desear, aunque eso es lo de menos (o al menos ese siempre es mi criterio como espectador).
Si la película es entretenida, pues esos detalles los puedes dejar escapar un poco, pero en este caso, esos detalles pesan demasiado a una narración simple y previsible.
No me arrepiento de haber dedicado tiempo de mi vida a ver la película, ni mucho menos, me encanta ver este tipo de películas; además tiene un par de momentos a nivel de monstruos que me parecen sublimes (de hecho la peli gana más cuando vemos los maquillajes reales a las recreaciones en 3D).
Y es que en muchas ocasiones el menos es más.
Es mucho más meritorio colocar bien la cámara y aprovechar correctamente los escasos medios, a intentar hacer algo que se quede a mitad de camino e imaginar lo que pudo haber sido.
Con esto, si la tenéis la oportunidad de verla no lo dudéis, quizás sea el momento de aprovechar ese completismo de las estanterías de videoclub, en mi caso, eso ha sido lo que me ha llevado a verla.
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