Los años 80 fueron muy locos en cuanto a producción cinematográfica se refiere.
Vinieron precedidos de una década, la de los 70 donde el cine (en gran medida el independiente estadounidense) se colmó de nuevos talentos, que influidos por la Nouvelle Vague tomaron Hollywood marcando un nuevo estilo, alejados en muchos casos de las mayors.
Pero no sólo en la meca del cine se estaba produciendo este movimiento, cineastas como Peter Weir desde Australia o George Miller también desde las antípodas con su "Mad Max" (Ídem - George Miller (1979)), marcaron una tendencia, que fue imitada por producciones de menor presupuesto y procedentes de países europeos, concretamente Italia, aunque también podemos encontrar alguna que otra rareza procedente de otros países como Holanda.
Importante, a su vez, es también la influencia de películas donde las bandas callejeras y las tribus urbanas a modo de batallas campales, camparon a sus anchas a lo largo de diferentes largometrajes.
Un ejemplo claro de esto es la película de Walter Hill "The Warriors: Los amos de la noche" ("The Warriors - Walter Hill (1979)), donde un grupo de pandillas callejeras se enfrentan entre sí.
Y es que como vemos, 1979 fue un año de inflexión para lo que se haría en años posteriores.
Una consecuencia de dos de los títulos anteriormente citados ("Mad Max" y "The Warriors") es la película que hoy nos ocupa, "1990: Los guerreros del Bronx" ("1990: I Guerrieri del Bronx" - Enzo G. Castellari" (1982)).
El director italiano crea un filme donde en un futuro distópico, en un Nueva York apocalíptico, un grupo de guerreros comandados por Trash (basura en inglés) intentan no ser eliminados por el alto poder que quiere acabar con su territorio.
Dentro del grupo, a quienes quieren hacer frente a sus enemigos y quienes prefieren llegar a un acuerdo para no morir, (por lo que parece ser) su futuro más inmediato.
En este amalgama de locura, (como no) hay traidores y malos malísimos, también, pequeños reinos de taifas donde The Ogre (interpretado por un estupendo Fred Williamson) intentarán no rendirse y poder sobrevivir a lo que parece ser una lucha sin remisión.
La película, personalmente me parece una rareza maravillosa y por momentos muy acertada en cuanto a dirección.
Las decisiones tomadas por Castellari se aproximan al western, (planos por debajo de piernas abiertas viendo al enemigo) o incluso, toma prestadas premisas que bien podrían formar parte de la mejor de las películas de aventuras.
Podríamos considerar "1990: Los guerreros del Bronx" una película de Serie B, (que lo es, nadie dice lo contrario) pero lo que si tuviese que calificarla de algún modo, lo haría como un prodigio de la Serie B.
Gran dirección de arte, vestuario y efectos sala propios casi de una película de mayor presupuesto.
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