martes, 19 de marzo de 2019

LA DESAPARICIÓN DE MADELEINE McCANN

De un tiempo a esa parte se han puesto de moda las series documentales.
Personalmente, es un formato que consumo bastante, no sé, si es por el afán por descubrir cosas nuevas o porque en realidad (como a todos) me mueve la curiosidad de conocer ciertos asuntos a fondo.

En "La desaparición de Madeleine McCann", ha habido ciertos aspectos relacionados con la desaparición tanto de Madeleine como de otros niños que me han dejado absolutamente impactado.
Y es que si miramos a nuestro alrededor, los depredadores sexuales están más próximos de lo que imaginamos.

De hecho, en el Algarve portugués, donde se  evaporó  la niña británica, han desaparecido varios niños portugueses a los que la policía del país luso no prestó la atención que se merecía.
Por otro lado, redes de pedófilos desfilan en la Deep Web a sus anchas traficando con vídeos e imágenes donde a los menores se les somete a las más horribles vejaciones.

Toda esta información, sumado a la desaparición de la pequeña ha hecho que en mi cabeza, no pare de rondar la idea de que somos más vulnerables de lo que podamos llegar a imaginar.
Muchos de nosotros, no somos conscientes de quien puede haber detrás de una red social, un perfil falso o si por el contrario, si tenemos hijos puedan ser vistos por personas o mafias capaces de llevarse a nuestros pequeños cuando les plaza.

Desde hace tiempo vivo en una paranoia constante, donde tengo miedo a quien puede estar viendo mis perfiles o redes sociales y miro mucho que subo o dejo de subir a mis cuentas.
Hay ocasiones en las que veo a amigos subiendo fotos de sus hijos o menores que dan likes a algunas de mis publicaciones donde ponen en sus perfiles sus números de teléfono.

Cuando esto ha sucedido, he puesto un twitt a la Policía Nacional o a la Guardia Civil indicando el perfil del menor para que lo bloqueen.
Los padres deben de ser conscientes que hay pervertidos capaces de cualquier cosa, con tal de dar con direcciones exactas de los más pequeños de la casa y hacerles caer en sus redes.

En cuanto a la desaparición de la pequeña Madeleine, sólo puedo decir que una vez revisadas todas las hipótesis, estoy absolutamente convencido que la niña de tres años fue secuestrada o bien por un pederasta (y que aún la tiene presa) o por una de estas redes que secuestra niños para hacer con ellos lo que les viene en gana.

Por otro lado, fatal el comportamiento de la policía portuguesa. Desviar la atención por falta de pruebas hacia los padres de Madeleine, acusarles de asesinato y así cerrar el caso de manera abrupta me parece de lo más rastrero que he podido ver en años.

En cuanto a las críticas vertidas sobre la serie documental en diferentes plataformas destinadas a la calificación de títulos en internet, me parecen de lo más injustas.
He tenido que leer cosas como - Se podía haber contado en tres capítulos.
- Mal contada.

¿Pero qué es esto? ¿En qué mundo vivimos? Cada vez pienso más que la crítica cinematográfica es un subgénero, al igual que la crítica deportiva.
Es dañina y en muy pocas ocasiones no critica cosas que hablen del guión, de las interpretaciones o la articulación de la película como tal.
Sólo es el daño por hacer daño, con lo cual, muchas de las críticas suelen ser de directores frustrados que únicamente saben sentarse en una butaca a soltar basura.
De hecho, cuando muchos de esos críticos han dirigido películas lo único que nos han regalado es hez cinematográfica.
Con todo esto, criticar a un documentalista como Chris Smith de esa manera, lo primero que indica es que no se tiene NI IDEA de cine.
"La desaparición de Madeleine McCann" es una serie muy bien estructurada, filmada y documentada.
Muy probablemente, Smith con el paso de los años será uno de esos directores de referencia, testigo de su tiempo, al igual que lo fueron Werner Herzog o Robert J. Flaherty.

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