Y TODOS ARDERÁN

Edgar Neville fue de los primeros en mostrarnos que el costumbrismo y terror ibérico iban de la mano. 
Desde entonces, nuestro cine de género siempre ha estado unido a una idiosincrasia que nos caracteriza y nos refleja tal y como somos. 

Consciente de esto es David Hebrero que en su segundo filme "Y todos arderán" (Ídem - David Hebrero (2021)), demuestra una vez más, que con fuerza y tesón se puede lograr hacer buen cine de terror sin excesivo presupuesto.

La historia de este filme capitaneado por Macarena Gómez cuenta la historia de María José, traumatizada años haz por la inesperada muerte de su hijo.
Desde entonces, la mujer sufre un trastorno emocional como el que puede sufrir cualquier madre que pierde a su vástago.
Casualmente, María José se topará con Lucía, una niña que parece tener relación con una vieja leyenda que hay en su pueblo. 

Una vez van pasando los minutos de metraje otros personajes salen a escena, el cura, la ex-suegra o el ex-marido que desconfían por completo de las cosas que dice María José, quien presenta a Lucía como su sobrina, la hija de una hermana que hace años que nadie ve en el pueblo. 

Con todo este imaginario alrededor de la menor comienzan a surgir, muertes, poderes telequinésicos y un sinfín de dimes y diretes entre los habitantes del pueblo, quienes por otra lado, tienen cosas que ocultar más allá de lo que acontezca tras la llegada de Lucía y el extraño comportamiento de María José.

El filme cuenta con una soberbia dirección de David Hebrero que no escatima en recursos narrativos y estilísticos y narrativos.
Las entradas en la iglesia de los personajes suelen ser un plano cenital en el que vemos una cruz debajo, como si fuese un punto de vista de Dios quién es testigo de lo que acontece.
O planos contrapicados para exaltar la figura de Lucía cada vez que utiliza sus poderes.
Sin olvidar esa puesta de cámara en ocasiones spliberiana a la altura de los personajes para sumergirnos en sus mundos interiores o no.

Podéis disfrutar de la película en FILMIN. ¿A qué estáis esperando?