sábado, 16 de junio de 2012

APRECIADO PRECIADO

Han pasado ya algunos días desde el fallecimiento del antiguo entrenador del Sporting de Gijón. Sinceramente, sentí mucho la pérdida de una persona que transmitía a los demás bondad, carisma y sobretodo, lealtad.
Era entrenador de equipos pequeños, aunque el decía que todos los equipos a los que había dirigido eran equipos grandes.
Bajo mi punto de vista, Manolo Preciado no era únicamente un entrenador, era un motor para cualquier equipo que dirigiese, un todoterreno más grande que el corazón que se le paró a comienzos de este mes.
Ojalá, en la vida, todas las personas que nos encontrásemos fuesen igual de claras y de directas como el lo era.
Espero que desde donde esté, vea con ilusión lo que la gente del fútbol (y ajena a el) le admiraba, porque en muchas ocasiones, el mayor partido que hay que ganar es la vida. Un fuerte abrazo crack y hasta siempre.