jueves, 17 de diciembre de 2015

EL CINE HA CAMBIADO

Durante los últimos meses me he estado poniendo al día en los nuevos sistemas de producción cinematográfica.

He asistido a charlas, ponencias y sobre todo me he dedicado a leer bastante en internet.

Y justo esta herramienta es la que está haciendo que no sólo cambie la forma de hacer películas, sino el sistema de distribución y de exhibición.

Si bien antes una película (en nuestro país) pasaba (por así decirlo) diferentes fases para ser financiada; ayudas ministeriales, ayudas autonómicas, europeas, transoceánicas en algunos casos, televisiones nacionales y autonómicas...
Ahora mismo, con la reducción de todas estas vías de financiación, el productor tiene que ingeniárselas para poder rodar.

Desgravaciones fiscales en comunidades como canarias, inversiones privadas o ventas nacionales e internacionales previas es lo que actualmente levanta los proyectos.

Después, existen otras vías como el crowdfounding, no entendido como debe ser en nuestro país pero sí en otros tanto en Europa como en Estados Unidos.

Si bien en España entendemos esta herramienta casi como un arma arrojadiza a nuestros contactos por diferentes redes sociales (finalmente serán tus familiares y amigos los que levanten tu proyecto a base de inyecciones económicas); en otros países, uno se sienta delante de su ordenador, entra en una web de financiación de proyectos y dice:

"Kung Fury", un ejemplo de Crowdfounding bien realizado.
-¿Qué me interesaría ver? ¿Qué proyecto me gustaría financiar?

Como veis el punto de vista es completamente distinto.

El concepto actual de crowdfounding en España se asemeja más a la caridad que a la producción.

Luego está la cada vez más extendida autoproducción. Películas que se hacen "por amor al arte" por el mero hecho de hacer cine.

Éstas películas suelen estar en la mayoría de los casos abocadas (antes de filmarse) a su propia autodestrucción.
¿Qué quiero decir con esto?

No importa si la película es buena o mala, parece ser que si esta no está respaldada por ninguna institución o televisión, la película no existe.

En los últimos tiempos también me he dedicado a la distribución de este tipo de películas y os puedo decir que la experiencia ha sido bastante mala.

Desde nuestra productora adquirimos un total de 30 títulos. Películas autofinanciadas que no lograban ningún espacio de distribución. Después de llamar a muchas puertas, intentando venderlas por paquetes y otras fórmulas dentro y fuera de nuestra geografía, la respuesta fue siempre la misma: NO.

Equipos técnicos y artísticos que habían trabajado gratis, sumas de dinero ingentes que se habían destinado a hacer esas películas, perdidos en el limbo del olvido por no tener un plan para después de filmarse.

¿Qué es lo que mejor funciona ahora mismo?

Bajo mi punto de vista, creo que lo más importante es tener un buen proyecto bien armado y bien construido desde cero.

Parece ser que estamos abocados a realizar películas de 200.000 € como máximo, si es así, hagamos las cosas con cabeza.

Contratemos un buen guionista, no es necesario que nosotros escribamos el guión si también dirigimos y producimos.
Si ya tenemos el guión escrito (como suele ser habitual) no pasa nada por meter otro guionista, que saque los defectos a nuestro texto y le dé otro punto de vista.

Tarkovsky, un autor sin tener consciencia que lo era.
No somos autores JODER. Godard, Truffaut, Kurosawa, Tarkovsky son ellos mismos, nosotros no vamos a ser uno de ellos.

Además, sinceramente, no creo que ellos pensasen que eran autores, sólo hacían películas sobre cosas que les inquietaban o preocupaban, eran jóvenes rebeldes diciendo .- Eh, aquí estamos, así es como vemos el mayo del 68 o mi país.

Una vez tengamos un buen guión, (versión 4 ó 5 como poco) reúnete con distribuidores, háblales de tu proyecto y logra firmar una carta de interés por un número determinado de salas.
Con esa hoja firmada por el distribuidor asegurándote unas salas podrás ir a una televisión o presentarte a unas ayudas provinciales, nacionales e internacionales con algo sólido que poder mostrar.


En cuanto al equipo técnico, no seas un capullo y vuelve a contar con todos aquellos que te ayudaron en tus cortos o en tus películas low cost sin cobrar un duro.

En cuanto al reparto, lo mismo.

Mayo del 68, si Víctor Hugo levantó la cabeza seguro que se sintió orgulloso.
Pongamos el caso de Pepe (por decir un nombre) es un actor de la hostia, tú lo sabes, has trabajado con él en cinco cortos, hace diez años que os conocéis y habéis crecido juntos tanto personal como profesionalmente.
Incluso en uno de tus cortos grabados con 5D enseñó la pija ¿qué más quieres de él?

Pero claro, Pepe no es conocido y para ese papel que has diseñado te pega más Quim Gutiérrez.

Pepe, es un talento por descubrir, pero parece que sólo tú te has dado cuenta, los directores de casting no son capaces de ver lo que tú ves, pues como dijimos antes, CUENTA CON ÉL.

Los que te acompañan en los pequeños proyectos son los que te han de acompañar en los grandes, darán la vida por ti.

Eso sí, seamos sensatos, estamos en el Siglo XXI y 10. 000 Followers en Instagram o Twitter mueven en ocasiones, mucho más que una buena campaña de publicidad.

Gandhi, un tipo al que siempre he admirado.
Entonces la elección del reparto tiene que estar equilibrada tanto en actores conocidos como desconocidos, eso sí, siempre que den el perfil.

Otra clave, no quieras ser un autor, no vas a cambiar el mundo. Sólo gente como Gandhi pudo hacerlo y murieron en el intento.

Haz algo que la gente quiera ver, que una televisión se interese en comprar, estás empezando. Relájate.

Tú y yo sabemos que la ginebra del Lidl es una mierda pero que la London es cojonuda. Cuando tienes que elegir entre una y otra lo tienes claro ¿no?

Pues regala a tu público siempre ginebras London, después de todo, el espectador deposita su confianza en ti. Te está regalando su tiempo libre.

Porque no nos olvidemos, la gente del cine nos dedicamos a ocupar el tiempo libre de los espectadores; y amigos, con toda la oferta que hay ahora mismo eso es muy valioso.

Hagamos cine, sí, pero con cabeza.