sábado, 1 de noviembre de 2014

UN POCO DE SABOR AQUÍ

Fiestica del cine pa'tos
"La Fiesta del Cine". Un marco incomparable a finales de cada año para desplegar mis ansias cinéfilas.

Durante éstos días he podido disfrutar de grandes películas como la argentina "Relatos Salvajes" y auténticos bodrios como "Perdida" de David Fincher (sin lugar a dudas su peor película).


Pero ya sabéis que cuando multitud de personas se congregan en un evento multitudinario siempre hay alguien que da la nota.

El hecho que relataré a continuación sucedió mientras veía "Relatos Salvajes".

La sala estaba abarrotada. Delante de mi había dos asientos libres. Nada más comenzar los anuncios una pareja se sentó ocupando los susodichos espacios vacíos.

La pareja que en un principio parecía inocente y respetuosa comenzó a transformarse bajo la oscuridad de sala.
El resplandor de la pantalla les iluminó y fue entonces cuando comenzaron a besarse apasionadamente. Ruidos, salivas salpicantes e incomodidad invadieron el microcosmos generado entre esas dos butacas.

No dudaron en desplegar su amor quinceañero y continuaron durante toda la película, haciendo que las personas que les rodeaban les mirasen de vez en cuando.

Yo, sin embargo, pude leer las mentes de aquellas personas. Rápidamente supe lo que pensaban de "La Extraña Pareja".

- ¿Éstos? ¿qué hacen?

- Me están dando vergüenza ajena.

- No tienen edad para esto....

La película concluyó, las luces se prendieron y fue entonces cuando pude ver a aquellos tortolitos.

Eran el auténtico DJ Kun y una amiga.

Y amigos hay que ver como morreaba Kun, el sí que sabe como poner un poco de sabor allí y un poco de sabor allá. (Ironía).

DJ Kun en la actualidad.

martes, 12 de agosto de 2014

ROBIN WILLIAMS

Parece que últimamente sólo me acuerdo de actualizar el blog cuando alguien que quiero o admiro fallece.

Desde hace días estoy pensando en una entrada divertida que escribir. De hecho ayer me sucedió un hecho que os narraré próximamente.

Pero hoy estoy muy triste, abatido.
Me he levantado y me he enterado de la muerte de Robin Williams. Un actor excepcional con el que he crecido y del que nunca me voy a olvidar.

Películas como "Hook", "Good Morning Vietnam", "El Rey Pescador", "El Indomable Will Hunting", "Despertares" y sobretodo "El Club de los Poetas Muertos" me acompañarán el resto de mi vida.

Había leído bastante sobre la vida del bueno de Robin Williams. Entre otras cosas me quedé con su afición a las drogas y el alcohol, algo que me chocó bastante.

Amigo de John Belushi, Richard Pryor... Todos han acabado mal.

Probablemente debido a esa mierda el pobre Robin caía en esas profundas depresiones que han hecho que acabe suicidándose a la edad de 63 años.

Robin, tu nos enseñaste a amar la vida, a superarnos a nosotros mismos, a que hay algo más allá.
No nos puedes hacer esto. Pero entiendo que nuestro peor enemigo somos nosotros mismos.

Como he dicho en mi Facebook. Gracias por haberme hecho tantas veces feliz.

Hasta siempre DEP.

lunes, 21 de julio de 2014

ETERNO ÁLEX ANGULO

Viajaba de vuelta a Madrid.

Mi hermano me escribió un whatsapp. -Se ha muerto Álex Angulo.

En su siguiente mensaje de texto, se podía dar a un link que te llevaba directamente a la web de RTVE donde explicaba las causas de su muerte.

Un fatídico accidente de tráfico.

Una maldita calamidad para un hombre al que nunca he podido llegar a conocer, pero que sin embargo notaba como parte de mi existencia.
Un hombre vinculado al mundo del cine, del corto, de la televisión, a la profesión.

En definitiva, un actorazo.

Javi y yo siempre fantaseábamos con dirigirle y que sería ideal para este proyecto o para este otro.

Su papel en "El Día de la Bestia" cambió nuestra vida.

Hoy le recordamos con tristeza, pero también con una sonrisa. Nos ha regalado momentos increíbles y lo mejor de todo, gracias a él, entre otras cosas, hoy nos dedicamos a hacer películas.

Hasta siempre, genio. DEP.

Gracias por todo y buen viaje.

martes, 8 de julio de 2014

EL BRILLO

Madrid es una ciudad de contrastes. Mi vida transcurre habitualmente por el centro de la ciudad. Pasan frente a mi PERSONAJES de toda índole y condición, (también soy uno de ellos).

Soy un animal de costumbres, desayuno en el mismo lugar, compro en las mismas tiendas y tengo creado un microcosmos similar al de un árbol de "El Retiro".

En la Gran vía madrileña hay varias personas que se dedican a uno de los oficios más habituales en una gran urbe; el limpiabotas.

De entre todos, destaca uno.
Una gran silla roja preside su estancia, invadida a su vez por carteles de toreros y fotos de Cantinflas.

"Desde México, el auténtico Rey del brillo" .- Reza su emblema.

Fotos y transeúntes. Transeúntes y fotos, no hay tiempo para el descanso.

De vez en cuando voy a limpiar mis zapatos.
Ignoro a "El Rey del Brillo" y me voy a ver a otro de sus compatriotas.

Es un mexicano bajito, ancho y de unos cincuenta años. En el invierno suele vestir con una chaqueta de cuero marrón y es un artesano a la hora de limpiar.

Normalmente hablamos de la crisis, de su llegada a España y de su añorado México.

No se plantea el volver allí.

Hace poco me dijo que la gente a penas requiere sus servicios.

Mi amigo no tiene una lustrosa silla roja, quizás sea por eso.

Lo que sé, es que él brilla tanto por dentro como por fuera.

sábado, 8 de febrero de 2014

PELUQUERAS

Jean, tú si que sabes.
Siempre he sentido una cierta atracción hacia las peluqueras. No sé el por qué, pero así es. Lo curioso es que nunca ha cabido la posibilidad que pudiese intimar con ninguna.

Mi hermano, que es más ducho en esto del amor que yo, si estuvo saliendo con una (bien maja por cierto) y sentía una profunda envidia.

La peluquería, el lugar del amor.
Todo esto viene a que hace unos años, vi una película de Patrice Leconte titulada "El Marido de la Peluquera". En ella, su protagonista Antoine (interpretado por Jean Rochefort) fantaseaba durante toda su vida con compartir su amor con una profesional del cabello.

Casualidades de la vida, el pasado noviembre coincidí con Patrice Leconte en el Festival Internacional de Cine de Gijón. No intercambié ninguna palabra con él puesto que no quería que pensase que era un fan loco.

Patrice Leconte, amante de peluqueras como el critter.
Durante esos días que duró el festival me di cuenta que era un tipo cercano, humano, agradable y que estaba siempre de buen humor.
Gastaba bromas, hacía esgrima con su paraguas los días de lluvia y hablaba con todo aquel que se le acercaba.

Además, al igual que yo, también dirigía películas. Entonces pensé que Patrice y un servidor teníamos más cosas en común de las que pensaba.
Me enamoré de él como ser humano. Una pena que yo sea tan introvertido y no acercase para charlar sobre nuestro amor hacia las peluqueras.

Por cierto, si podéis, ver su último trabajo "A Promise" una preciosa película basada en un relato del genial Stefan Zweig. Un filme como los que ya no se hacen.

martes, 4 de febrero de 2014

DESPISTES

Como el nombre de la entrada indica soy un tanto despistado.
Si bien puedo estar con alguien una tarde en un grupo tomándome algo y encontrarme con esa persona días después y no asociarla; me puede pasar también que salga a comprar algo y volver a casa sin ello porque estoy pensando en cualquier otra cosa.

Por lo que tengo entendido, eso no es ser despistado, sino que tiene más que ver con no poner especial atención a lo que uno está haciendo realmente.

La mayoría de mis despistes pueden ser pasables (o perdonables) cuando no traspasan ciertas fronteras.

Siendo un adolescente, quemé la cocina de mi casa después de dejar una sartén con la vitrocerámica aún encendida tras cocinar unas croquetas de pollo marca 1 del Carrefour.

Pero lo que me pasó hace poco no tiene nombre.

Hice la cena y creía haberlo cerrado todo, pero aún así me seguía olíendo a gas. (Mi nueva cocina es con fogones con lo cual estaba un tanto asustado).

No le di mayor importancia, ya que tras haber comprobado varias veces no escuchaba ningún escape, pensé que quizás tuviese que ver con un problema de ventilación.
Como medida de precaución dejé una ventana de la cocina abierta.


Seguí con mi vida, cené, me acosté y me fui a trabajar.

Por la tarde noche recibí un mensaje. Mis compañeros se dieron cuenta que había dejado el gas encendido prácticamente un día.

Me asusté de verdad. La pude haber liado bien. Les podía haber pasado algo y no me lo hubiese perdonado nunca.

 Quizás, va a ser cierto eso que debo de prestar mayor atención a ciertas cosas del día a día.