viernes, 25 de noviembre de 2016

ALMACENAJE

El almacenar creo que es una costumbre muy propia de los españoles en general.
Nos encanta tener, poseer.
Lo he vivido en mis propias carnes. Durante años me he dedicado a recopilar miles de cosas.

Soy coleccionista de Maters del Universo y además he comprado cientos de cosas que jamás utilizaré.

Me pasaba con libros, películas... Nunca voy a dedicar tiempo a muchas de ellas, entonces ¿por qué almacenarlas?

Este verano he hecho un ejercicio de desprenderme de objetos. Vendí cerca de 200 películas de DVD y BlueRay de mi colección.

Ahora mismo no sé cuales tengo, cuales no... En fin, un poco desbarajuste pero si os soy sincero me quité un buen peso de encima.

También tiré directamente a la basura como unas 30 películas BETA y VHS. Ocupaban espacio y muchas de ellas las tenía en otros formato, así que FUERA.

El pasado año también hice el mismo ejercicio. De mi biblioteca personal me deshice como unos cuarenta libros o más.

Muchos de ellos no eran malos. De hecho eran de un lote que me encontré en la calle. Eran novelas de misterio nórdicas y similares.  Así que como no me había gastado dinero en ellas decidí donarlas a una librería cercana a mi antigua casa.

Se llamaba "Libros Cercanos". Era un lugar que se abastecía de donaciones y en la que tú ponías el precio al libro que te querías llevar.

Era un sitio genial. De hecho, compré allí una biografía de Charles Chaplin a la que echaré mano pronto.

El link de Facebook de la tienda:

https://www.facebook.com/asociacionlibroscercanos/

Pero todas las buenas iniciativas en este país se acaban, como todo. La librería de la que os hablo cerró en agosto. Con lo cual os vais a quedar con las ganas de conocerla.

La fachada de la ya inexistente tienda
A mi, al menos, me queda el gusto de haber contribuido con ellos, comprando un libro y aportando cuarenta más. Quizás yo les ayudé (aunque fuese un poco) pero ellos no saben lo que me ayudaron a mi al quitarme todos esos libros de encima.

Otra cosa de las que he hecho este año. Tirar ropa. He tirado casi toda mi ropa. Sólo me he quedado con lo más nuevo y viejas reliquias que tengo para andar por casa.

Cuando uno tira su ropa parece que algo de él se va. Aunque os parezca extraño, también sentí una liberación al quitarme todo eso de encima.

Creo que es un ejercicio que todos debemos hacer una vez al año. Liberarnos de cosas.

No sé si será que estoy madurando pero me doy cuenta que cada vez soy más feliz con menos, ¿querrá esto decir algo?

La verdad es que habiendo plataformas para ver películas y libros digitales creo que el formato físico está avocado a la destrucción.
Al menos, el mundo de la música se ha dado cuenta antes.

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