Fui a un estreno en el centro de Madrid.
La sala estaba a rebosar. Tenía varios amigos que habían participado en la película, quería verla.
Me tocó sentarme centrado pero en un fila lateral. Algo que agradecí, porque situarme justo en el centro de la sala me agobia demasiado.
A mi lado había una señora. Debía de ser su primer estreno. Otra amiga se acercó a hablar con ella.
- Como te lo montas, ahí al lado del equipo de la peli.
- Una que tiene sus influencias.
Por sus comentarios la señora quería hacerse la guay, la moderna. Quería estar en "la onda".
Una vez concluyeron de hablar cada una se fue a su sitio. La película empezó. Todo transcurrió con normalidad hasta que llegó la parte final del segundo acto de film.
En ella, la protagonista tiene un encuentro lésbico con otra mujer. La escena era bastante explícita.
Entonces mi mirada se dirigió a la señora. Estaba nerviosa, suspiraba, resoplaba...
Nunca por su imaginación había pasado algo así. Para ella la única cópula posible era la de hombre y mujer, no aquello.
¿Eso hacen las mujeres? ¡O Dios mío! .- Debió pensar.
La volví a mirar. La señora estaba sudando.
La escena debía de durar como unos cuatro minutos, a ella le debieron parecer cien.
Pasaba su mano por detrás de la nuca. Estaba nerviosa. Vi como cerraba los ojos.
Aquello pudo con ella. O no, quien sabe, igual tuvo sueños eróticos lésbicos como Ana Frank... Eso es algo que nunca sabremos.
Me entraron ganas de consolarla, de decirle que abriese un poco su mente, pero no lo hice.
Una vez concluyó la película la señora se fue hablando con sus amigas.
Se le vio diferente talante a cuando entró.
Si de algo sirvió aquella película fue para la mente a aquella mujer, o eso espero.
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