miércoles, 17 de junio de 2020

LOS OJOS DEL GATO

Los años ochenta fueron claves en la carrera de Stephen King.
Si bien, la consagración de su carrera bien entrada esta década, en los años 70 ya había creado escuela puesto que cineastas como De Palma o Kubrick (exactamente en 1980) no dudaron en llevar sus textos a la gran pantalla.

Pero King, no sólo se había convertido en un escritor de éxito, sino que también se había convertido en un show runner con el que todos querían contar.
Buena cuenta de ello tuvo Dino de Laurentiis que contó
 con el escritor de Maine en esta "Los ojos del gato" ("Cat's Eye" - Lewis Teague (1985)), donde King confecciona un guion, donde un gato es testigo de distintas historias que suceden a lo largo del metraje.

Y es que este gato común deambula de un lado a otro, (incluso recorriendo cientos de kilómetros) y en cierta medida se convierte en testigo involuntario de distintas historias.
La primera de ellas, aunque un tanto inconexa es la de una niña que parece vivir atrapada en un maniquí del escaparate de una tienda (curioso es que Drew Barrymore caracterizada interprete a las distintas niñas de film), una breve historia o inicio de historia que rápidamente se verá eclipsada por la captura del gato por medio de un hombre.

Ahí arrancará la siguiente historia o relato.
La de un hombre que quiere dejar de fumar y que se someterá a un proceso poco ortodoxo, puesto que la empresa a la que acude, empleará métodos cómo las torturas por medio de descargas eléctricas sino cumple con su propósito de dejar ese mal hábito.
El gato es el primero que probará las descargas y más tarde la mujer de Dick Morrison que es cómo se llama el protagonista de esta historia.
Un pasaje muy Cronenberg no sólo por su protagonista, James Woods, sino por la concepción del mismo.
Me gusta el toque final a este pasaje, donde le dicen el protagonista que como suba de los 75 kg le cortarán un dedo a su mujer, algo que en un primer momento se toma a guasa, pero al ver que a la mujer de su mejor amigo le falta un dedo meñique de una de sus manos, le hace entrar en pánico.
El plano final es fascinante.

La segunda de las historias es la de un desamor (por así decirlo).
Un excéntrico millonario que mantiene una relación con una mujer más joven que él y descubre que un buen amigo suyo se acuesta con su pareja.
Con lo cual, amenazará al joven amante a caminar a atravesar la cornisa de un edificio intimidándole con una pistola o con lo que haga falta.
Mientras, el susodicho gato ha sido testigo de una apuesta entre el millonario y este hombre quienes apostaron que el animal cruzaría una carretera sin ser atropellado.
Las secuencias de cómo el hombre intenta caminar por la cornisa están excelentemente filmadas y el giro final donde el el millonario es quien tiene que caminar alrededor del edificio es brillante.
Sobretodo, por culpa de una paloma, quien finalmente será el detonante que nos conducirá al clímax de este pasaje.

El film lo completa la historia de una familia tradicional estadounidense.
Un núcleo familiar donde va a parar este carismático felino y que tendrá que enfrentarse a una especie de gnomo o duende que tiene atemorizada a la pequeña de la familia.
Y es que este pequeño ser, se ha convertido en un bichejo carismático dentro del universo del cine fantástico.
Al igual que en el resto de la película, las integraciones de la lucha entre gnomo y gato están muy bien realizadas.

Como detalle decir que al inicio del filme, el gato huye de un perro San Bernardo que nos recuerda a Cujo y se cruza con un coche de nombre Christine.
Auto homenajes que se hace el escritor del filme y que como guiños nos funcionan.

Buen filme de la década de los ochenta y que es tan ameno y divertido que cuando nos hemos dado cuenta ya la hemos terminado.
Altamente recomendable para los amantes de King y para los que no.
También hay que decir qué buena culpa de que todo funcione es del realizador Lewis Teague, quien le da un punto de coherencia y equilibrio a una película bastante complicada desde el punto de vista de la dirección.

Drew Barrymore, la estrella indiscutible de la película. 

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