domingo, 19 de junio de 2022

CONVERSACIONES CON ASESINOS: LAS CINTAS DE TED BUNDY


Tendencia o no, las series documentalizadas suelen ser un éxito en plataformas. 
Joe Berlinger bien sabe de esto ya que se ha especializado en este tipo de formato. 
Netflix, de hecho, hace una apuesta fuerte por estas docu series que pocos episodios pero con unos cliffhangers al finalizar cada uno de los capítulos que enganchan de tal manera que lo único que te pide el cuerpo es ver más y más. 

En esta "Conversaciones con asesinos: Las cintas de Ted Bundy" ("Conversations with a killer: The Ted Bundy Tapes" - Joe Berlinger (2019)) se nos muestra tanto la personalidad como el modus operandi de uno de los mayores asesinos en serie de la historia de los Estados Unidos

Y es que Ted Bundy como todos saben, era un estudiante de derecho atractivo, persuasivo y que poco hacía imaginar que tras esa apariencia tan noble y formal cara a la sociedad se ocultase un hombre capaz de asesinar a más de treinta mujeres de la manera más cruel. 

Estrangulamientos, golpes e incluso cortes de cabeza eran algunas de las formas que Bundy tenía de matar, además de realizar distintas prácticas como la necrofilia.
En la época que empezó a actuar eran mediados de los años setenta del pasado Siglo XX; tiempos en los que las comunicaciones entre departamentos de policía de los distintos estados no era directa como lo pueden puede ser a día de hoy gracias a internet. 
Con lo cual era perfecto para un tipo como Bundy que campaba a sus anchas de un lado a otro del país nortemaericano sin que supiesen que los crímenes que cometía tuvieran algún tipo de de relación entre sí. 

Al igual que John Gacy u otros serial killers, Bundy era un tipo narcisista, seguro de todo aquello que decía y opina y con ambiciones políticas, sólo por el mero hecho de estar en el foco de atención. 
Un tipo que decide representarse a sí mismo en el juicio que le puede llevar a la pena de muerte y que pide a los testigos que describan con exactitud lo que se encontraron al llegar a la escena del crimen. 

La aparentemente cercana y persuasiva la que le hacía atraer a sus víctimas y así acabar con ellas. 
Esto sin embargo, descuadraba a aquellos que intentaban hacer sobre él un estudio psicológico o psiquiátrico puesto que hasta que no lograron que hablase de los crímenes en tercena persona no se dieron cuenta de como podría llegar a ser su perfil como asesino. 
Pero no fue hasta el fin de sus días, cuando Bundy, confesó todos los atroces crímenes que había cometido, incluso algunos de ellos de los que no recordaba el nombre de las víctimas. 

Tal y como es el sistema penitenciario estadounidense, Bundy fue condenado a la silla eléctrica, no sin antes ejecutar dos fugas exitosas que aprovechó para hacer lo que mejor sabía, matar. 

En cuanto a la serie, realmente interesante, sobretodo desde un punto de vista psicológico.
Cómo he citado con anterioridad la podéis encontrar en Netflix.

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