martes, 26 de octubre de 2010

¡TOMA TOMATE!

Pues sí, hoy ha sido y será uno de esos días en los que no paro. Y no es porque el que escribe se sienta presionado por un horario que cumplir, o que su jefe no deje insistirle en que debe de cumplir interminables jornadas plagadas de horas extras. NO. Yo soy mi jefe y pongo mi propio horario. 

Pero como bien sabéis, aunque uno tenga su propia empresa debe de ser rígido, exigente y nada condescendiente con uno mismo para que las cosas funcionen como deben, a pesar de que los agentes externos hagan que las cosas se tuerzan.

En mi caso, hoy tenía una reunión. Me levanté un poco justo como para desayunar en casa, así que en ese tipo de situaciones, lo que suelo hacer, es ir al sitio en concreto y si me sobra algo de tiempo desayuno un por la zona donde tenga que reunirme. También, es cierto, que soy amante de conocer un sitio nuevo y descubrir si me gusta o no, ya que si otra vez me dejo caer por la zona y el sitio es de mi agrado repetiré.

Pues lo dicho, estaba por la zona y rápidamente me ubiqué. El lugar era una cafetería que contaba con su propia panificadora, así que a priori el lugar era idóneo. Pedí un café con leche (acompañado de un vaso de agua) y una barrita con tomate.
Cual fue mi sorpresa, cuando veo que la mujer se dispone a partir la barrita directamente de una barra de pan. Debido a mi ligera miopía, (la cual no suelo acompañar de ninguno de mis tres pares de gafas,) no me percaté hasta que me sirvieron de que la ración de pan era cuanto menos, ridícula.

Se callé, me senté en una mesa y desayuné lo más rápido que pude. Un vacío en mi estómago se apoderó de mi. Me sonó todo lo posible y fui a pagar.
Para mi foro interno pensé - seguro que es más caro que en ningún otro sitio.

- ¿Cuánto le debo? .- Le dije a la chica.
- 2,20 € . - Respondió muy segura de sí misma. 

En efecto, me habían estafado teniendo en cuenta que en ese lugar todo lo que me sirvieron no les habría salido por un precio superior a 0,40 céntimos de €uro.

Pero aquí no termina mi agonía. 12:30 citación con una actriz para hablar de un proyecto. Puerta del Sol, cafetería infecta de gente. Pido un zumo de naranja. Hacía un frío descomunal, casi me muero, el moquillo que me había hecho compañía los últimos días, casi vuelve a resucitar.
Me sentía como Nanook en su puñetero iglú. Decido pagar.

- Señora ¿cuánto le debo? 

La mujer me mira sin saber muy bien que decirme , - Va, dame 2,50 . - Evidentemente la muy *$%* no sabía que me iba a cobrar. Pagué como un cristiano.
Señoras y señores hoy me han timado dos veces, ¡viva el mundo de la hostelería!

En otra ocasión, os contaré alguna anecdota con el gremio que menos compatibilidad tengo, el de los taxistas. Pero eso es otra historia.

3 comentarios:

  1. Desayuno zumo de naranja, pan con tomate y jamón, café con leche... 3 euros. En otro, sin zumo, son 1,99. Cuando voy a Madrid me acerco a la Puerta de Alcalá, a La Harina, justo enfrente de la entrada a Retiro, una panificadora cafetería... a desayunar (es un capricho). Y a veces pienso como Homer Simpson: Qué lástima que donde yo desayuno no hay un Starbuck para que me cobren el doble de lo que vale un buen café con leche.

    ResponderEliminar
  2. Es la primera vez que oigo la palabra panificadora.

    Y no puedo decir más, porque ahora mismo lo único que estoy pensando es en comerme esa rebanada de pan con tomate de la foto, con pantalla y todo.

    ResponderEliminar
  3. STULTIFER: Los caprichos siempre están bien.

    PECOSA: Todos los días este Critter se comería hasta un jabalí, pero engordo fácil. Me tengo que controlar

    ResponderEliminar