viernes, 24 de junio de 2011

EL TURRÓN DE LAS GALAXIAS

Un Critter Comilón
Mi hermano y yo éramos dos niños obesos.

Nos encantaba comer. (Aún nos gusta, pero nos controlamos dentro de lo que cabe) Mi padre siempre nos embutía a base de comida y a parte, nosotros, hacíamos lo propio revolviendo en cajones y comiendo a escondidas lo cual fomentaba nuestra obesidad infantil.

Pero nuestro pletórico momento llegaba con la llegada de la Navidad. Dulces, caramelos, roscones, comidas copiosas y sobretodo turrones satisfacían nuestro paladar.

Mis padres, solían hacer la compra diaria en el Hipercor que había próximo a nuestra casa en la ciudad de Oviedo, se puede decir, que fue allí donde nos criamos. Una Navidad, mi madre apuraba las últimas compras para una Nochevieja. Mi hermano y un servidor nos turnábamos para conducir el carrito mientras mirábamos cual perro de Paulov lo que mi madre introducía en el mismo.
Salesas, la Nave Critter Imperial
Sin haber avanzado demasiado llegamos a la zona de los turrones. Mi madre eligió varios modelos exceptuando el blando, puesto que no le gustaba a sus critters barrigudos.

Cual fue nuestra sorpresa cuando un turrón color rosa y con dibujos horteras llamó nuestra atención.

- ¡Mira Kiko, "El Turrón de las Galaxias"! .- Gritó mi hemano embriagado de emoción.

Mis ojos de niño obeso saltaron sorprendidos.

- ¿De qué es? .- Respondí.

Mi hermano giró la tableta sobre su mórbida mano y leímos los componentes.

- ¡Es de fresa! ¡Y lleva bolas de chicle! .- Dijo entusiasmado.

Rápidamente, fuimos a comunicarle la buena noticia a la Critter madre.
Nuestra progenitora, sin embargo, bastante tenía con realizar las últimas compras antes de ponerse a preparar la cena, teníamos invitados.

Fue entonces cuando mi hermano y yo aprovechamos y metimos no sólo una, sino hasta tres tabletas en el carrito del incomparable "Turrón de las Galaxias" (Evidentemente no pasaron de esa noche).
Un Posible "Turrón de las Galaxias" (No he encontrado el original)

Os puedo asegurar que la experiencia fue maravillosa.
Al año siguiente, volvimos al mismo lugar buscando el dichoso turrón, pero nunca más lo fabricaron. Quizás, se perdió en una galaxia lejana, muy lejana.

4 comentarios:

  1. Tu texto apoya mi teoria de que el tiempo mejora todo tipo de situación.

    ResponderEliminar
  2. STULTIFER: Gracias por la parte que me toca jajajajaja

    ResponderEliminar
  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  4. Lo fabricaba la empresa la casa, los mismos que hacen los lacasitos, solo se vendió un año, era delicioso, lástima que no lo vendan más, no debió cumplir expectativas comerciales. Saludos

    ResponderEliminar