lunes, 15 de abril de 2013

¿PARA QUÉ SIRVE UN ABONO DE TRANSPORTES?

Dos mil trece está dando mucho de sí y parece que ni siquiera tengo tiempo para escribir. Muchas veces voy en el metro o caminando por la calle y me suceden cosas.

Muchas ellas me gustaría poder trasladarlas aquí pero no encuentro ni el momento ni el lugar para hacerlo con tiempo y sobretodo paciencia.

Una de esas cosas que me suceden os parecerá una tontería pero al menos espero que os arranque una ligera sonrisa.

Esperaba el metro. Delante mío había un tipo de unos sesenta y cinco años (soy muy malo calculando edades) que no paraba de realizar gestos raros con su boca.

A medida que me iba acercando me fijé en que tenía algo de los dientes, comida para ser más exactos.
Como no tenía otra manera de quitárselo mientras esperaba el transporte urbano, ni corto ni perezoso sacó su abono mensual y comenzó a modo de hilo dental a sacarse el incómodo (pa'luego) cuerpo extraño de entre sus dientes.

Me di cuenta de que sus encías sangraban. No me extrañó, puesto que tenía los dientes negros de fumar. Fue en ese instante, cuando descubrí, que el abono mensual de pensionista servía para algo más que para viajar.


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