jueves, 3 de marzo de 2022

NIGHTMARE ALLEY


Guillermo del Toro
es para mí de esos directores imprescindibles. 
Básicamente, porque ha alcanzado las mayores metas que puede alcanzar un cineasta dentro de Hollywood sin renunciar jamás a los monstruos. 

Esto no es fácil cuando el cine en el que aparecen extrañas criaturas suele ser catalogado como inferior en contra de biopics, que únicamente sirven en la mayoría de los casos, para copar premios y distinciones varias, pero que con el paso del tiempo terminan en el más total de los ostracismos. 

Sin embargo, Guillermo del Toro es tan genuino y tan único que ninguna de sus películas pasa desapercibida para cualquier espectador que se precie. 
Su último filme "Nightmare Alley" (Ídem - Guillermo del Toro (2021)) es un fiel reflejo de esto. 
Y es que esta historia, donde su protagonista Stanton Carlisle es en realidad un monstruo de carne y hueso, más despiadado y cruel que todos aparecen a lo largo del filme. 
Porque de este personaje lo único que conocemos nada más comenzar el filme, es que se trata de un tipo que porta un maletín y que deja tras de sí una casa en llamas. 

A los pocos minutos, también sabemos que es un personaje nómada, poco hablador e introvertido y que algo oculta, así que enrolarse en el mundo circense es el mejor de los escondites para él. 
De hecho, pasa a ser uno más de un entramado de personajes al cual más singular. 
Como era de esperar, Stanton poco a poco se va abriendo sacando su picaresca a relucir y se termina convirtiendo en clarividente, pero no un clarividente cualquiera, sino en un observador nato capaz de engañar a todo aquel que encuentre a su paso. 
Tanto es así, que decide abandonar el circo acompañado de la mujer eléctrica, Molly a la que también ha persuadido con su enigmática personalidad. 

Pero con el paso de los años, Stanton se termina convirtiendo en otro monstruo, quizás aún más repugnante que otros, ya que crea un espectáculo propio donde sin cortapisas lee (supuestamente) la mente y el futuro de los que se encuentran en su camino. 

Es entonces cuando gracias a la doctora Lilith Ritter le surge la oportunidad de estafar al magnate Ezra Grindle quien se siente culpable por la muerte de su amada décadas atrás. 
Junto a la doctora y con la inestimable ayuda de Molly, Stanton ideará un plan que no sale tan bien como esperaba. 

Esto lleva de nuevo al ostracismo a Stanton quien se acaba convirtiendo en un homeless sin rumbo fijo, una vuelta al pasado, pero aún peor que la anterior. 
Es entonces en el último tramo de la película cuando Stanton irá a pedir trabajo a otro circo ofreciéndose como vidente. 
En un principio el director del recinto le rechaza, pero finalmente le ofrecerá el rol del Geek
Un ser enloquecido que en contra de su voluntad matará animales a bocados. 
Stanton recordando a los anteriores Geeks que conoció en su anterior vida circense, aceptará el encargo alegando que es el mejor para ese trabajo, puesto que es consciente que ha tocado fondo como ser humano. 

Además de las referencias claras a "La parada de los monstruos" ("Freaks" - Todd Browning (1932)) o a "Perdición" ("Double Indemnity"- Billy Wilder (1944)), del Toro toma prestados ambientes y situaciones Lowercrafquianas, en gran medida para situar la parte del circo, donde incluso existen ecos a figuras de Méliès o llamativos decorados que podrían haber sido sacados de "Cabiria" (Ídem -Giovanni Pastrone - (1914)) y que como buen cineasta sabe atribuirse como propias. 

Por otro lado, está la esencia de un guion noir, donde la trama de Femme Fatale mezclada con el mundo esotérico funciona como un reloj. 
El engaño, el poder y la perdición son nexos de unión en una película prácticamente perfecta y que para mi gusto es de lo mejor del cineasta mexicano.
Deseando ver su "Pinocchio" que espero que sea de lo más tenebroso. 

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