domingo, 9 de abril de 2023

USA Y YO


Miguel Delibes ha sido uno de los escritores que más me han interesado desde la infancia. 
Bien es sabido, que algunos de sus libros como "El camino", "Los santos inocentes" o "El príncipe destronado" son casi de lectura obligatoria en el sistema educativo español, algo de lo que no muchos autores pueden presumir. 

De hecho, Delibes es para los españoles lo que Hemingway para los estadounidenses, sino es eso, casi. 
Lo que más me gusta de su estilo es la manera de normalizar las situaciones o hechos que suceden en sus libros, hasta tal punto que hace de ellos una lectura amena, sencilla y nada pretenciosa, apta para cualquier tipo de público y de cualquier edad, por eso sus textos perduran en el tiempo y representan una memoria viva de una España a día de hoy inexistente. 

En "USA y yo", Delibes habla de su estancia en el país norteamericano a modo de ensayo, fijándose en la cultura, en gastronomía o las costumbres de un país que refleja su transición tras la muerte del presidente Kennedy y la llegada del presidente Johnson, más funcional que carismático. 

A Delibes le llaman la atención las desigualdades sociales, lo caro de la vivienda y cómo una persona de color gana al año alrededor de tres mil dólares, que convierte en la divisa española en unas ciento ochenta mil pesetas de las de antes.
Y es que el estadounidense de aquellos tiempos estaba muy alejado del actual, más permisivo y comprensivo con las personas procedentes de otras culturas.
El tanto tienes, tanto vales en aquel entonces estaba regido por el color de la piel. Un estigma que muchos ciudadanos estadounidenses de raza negra tuvieron que sufrir durante décadas. 

El escritor vallisoletano, hace incapié en los credos religiosos que posee el país o la gastronomía tan elemental y precaria que a penas da paso a la imaginación de los grandes platos. 
Porque si Delibes levantase cabeza se daría cuenta que el mundo globalizado que nos ocupa y que han hecho de los Estados Unidos un emblema cultural a nivel mundial, no le extrañarían ciertas cosas que se encontró en dicha nación.

Es increíble que un país con apenas doscientos años de historia haya recalado tanto a nivel mundial.
Eso se debe en gran medida al gran expansionismo de sus líderes quienes sin tapujos han absorbido la cultura no sólo de occidente, sino de todo el globo terráqueo. 

Tras leer este ensayo, me ha venido a la mente "Suecia, infierno y paraíso" de Enrico Altavilla que leí siendo un adolescente y que me hizo soñar con algún día conocer este país nórdico que espero pisar más pronto que tarde. 

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