MANK

Que David Fincher es uno de los mejores actuales, de eso no tengo ninguna duda. 

De hecho, podría estar en ese extraño podio de cineastas, que nunca han logrado el Oscar como mejor realizador, pero no creo que en su caso se cumpla.

Más que nada, (y sin desmerecer algún otro de sus trabajos), este, sea probablemente (y lo es) el más maduro de sus trabajos.

Sobre un guion escrito por su padre Jack Fincher antes de fallecer en el año 2003, la película cuenta la historia verídica del excéntrico Herman Mankiewicz a quién Orson Wells le encargó la escritura de "Ciudadano Kane" ("Citizen Kane - Orson Walles (1941)) mientras se encontraba postrado en la cama tras un accidente. 

Wells, a pesar de su juventud, ya contaba con ese carácter arrogante de estrella que se refleja en el film y al que Mankiewicz se enfrentaba como buenamente podía. 
Y es que en ambos casos, los dos personajes eran una caricatura de lo que bien podría ser la estampa americana de la época.
Un reflejo de personas dedicadas a la vida y cómo esto, se traducía en su obra, cinematográfica como la de Wells y literaria como la del susodicho Mankiewicz. 

"Mank" (ídem - David Fincher (2020)) es una película hecha para que los que amamos la historia del cine conozcamos (un poco más), estos extraños pasajes y vidas paralelas que bien podrían formar parte de las vidas actuales de muchos de nosotros, aquellos que nos queremos dedicar a hacer películas. (Salvando las distancias, evidentemente).

En cuanto al blanco negro del filme, no es casual.
Para nuestros adentros, y nuestro conocimiento cinematográfico, los que visualizamos esa época la vemos de esa forma, con esas tonalidades y texturas dónde cineastas como Huston o Lubitsch entre otros mantenían sus excesos acompañados de la más virtuosa creatividad. 

Claros son también los homenajes incluso a la fotografía de Gregg Toland. Grandes ventanales con haces de luz desde las ventanas, al igual que en la citada "Ciudadano Kane" y que Erik Messerschmidt el director de fotografía de esta "Mank" plasma a la perfección, haciendo de ello un fiel reflejo del film de Wells del año 1941. 

En cuanto a las interpretaciones, sobresale (como no) un Gary Oldman que al menos este trabajo le supondrá una nueva nominación a la preciada estatuilla y una Amanda Seyfried que muy probablemente logre el preciado trofeo como actriz de reparto. 

Otra buena película que nos regala Netflix. Disfrútenla.