Pensaba que la primera temporada de esta serie de HBO había terminado por todo lo alto, pero al concluir esta segunda, no he dado crédito a lo que han visto mis ojos.
Y es que como miguitas de pan, sin darnos cuenta a lo largo de la primera de sus temporadas nos dieron pistas de lo que nos íbamos a encontrar.
Esas pistas pasaron por la destrucción de unos documentos por parte de Greg obligado por su alto cargo Tom, pero que incluían una orden de salida de esos documentos por parte del primero.
Así, si algo sucedía, el marido de Shiv no se vería perjudicado.
Dichos documentos, (SPOILER) hablaban sobre la escándalos de corrupción en una de las compañías del magnate Logan Roy, concretamente a la relativa a los cruceros.
Tom quien por aquellos tiempos estaba al tanto de lo que allí acontecía, quería que tanto su nombre y él de otros implicados desapareciesen de dichos archivos.
Pero Logan Roy tiene muchos enemigos y ha conseguido que periodistas, fiscales y parte de la opinión pública estén en su contra.
Así que lo que debe de hacer es sacrificar a alguien de su entorno más cercano, hacer un sacrificio cuyo implicado terminará en prisión.
Tras un fin de semana discutiendo quién sería el mejor posicionado para tomar semejante responsabilidad, el elegido no es otro que Kendall, que también aparecía en los documentos y viendo su pasado más reciente se convierte sin desearlo en la mejor de las opciones.
Kendall incluso le llega a reflexionar a su padre si esta situación es como un castigo por la muerte del chico (algo determinante al final de la primera temporada), pero Logan no lo ve así, sino que hay ocasiones que los padres han de sacrificar aquello que más quieren, llega a responderle.
Lo que el magnate no espera es que su hijo le traicione, hablando ante los medios y diciendo que su padre estaba al corriente de todo, sentenciando así que ese será el fin de su imperio.
Pero esa traición a la que se ve sometido Logan viene precedida por el ansia de poder de su hijo, el cual muy probablemente sea el alma más torturada de todos lo que le rodean.
A este magnate nada le sale bien en esta formidable segunda temporada porque ni la adquisición de un grupo de cadenas y medios es capaz de completar, a pesar de ofrecer una cuantiosa suma de dinero.
Y es que los posibles vendedores saben que si dejan en su mano dichas cadenas han de seguir una línea editorial determinada, y que la acción de Roy será prácticamente de monopolio informativo.
Sensacional temporada esta segunda de "Succession", donde vemos la podredumbre del ser humano por el poder, la codicia y el dinero.
Normal que se llevase el Globo de Oro como mejor serie dramática, también que lo hiciese Brian Cox, puesto que su interpretación es de otro nivel.
No sólo él, sino todo el reparto, dicho sea de paso.
En cuanto lo que hablamos antes de esas miguitas de pan, esa siembra de cosas y acontecimientos importantes vuelven a recaer en Greg, quien rescata de un improvisado fuego tres de las hojas que forman parte de esos documentos que Tom le obligado a deshacerse.
Así que ahora, este peculiar personaje vuelve a tener el destino en sus manos.
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