martes, 21 de junio de 2011

LA LÁMPARA ROJA

Casi Angelines
Con el paso de los días y de los meses, mi vida en el nuevo edificio va siendo cada vez más placentera.

Después de las vueltas que ha dado mi vida, e de decir, que no me cuesta nada adaptarme a cualquier nueva situación o forma de vivir.

Mis vecinos son adorables y creo que les estoy comenzando a coger afecto. Sin lugar a dudas, con quien más migas he hecho es con Angelines.

Siempre se asoma para saludarme, me da un poco de conversación y me pregunta a cerca de los mil enigmas que surgen en nuestro longevo edificio.

De hecho, un buen día, Angelines se encontró unas llaves. Con su buena fe, puso un pequeño cartel pegado en el ascensor, pero al cabo de dos días nadie respondió.

Me preguntó sobre lo que debía hacer. Le dije que lo mejor era que hablase con la dueña de nuestro edificio y que ella se encargaría.

Sin darle mayor importancia a aquella situación, continué con mis quehaceres mientras Angelines seguía resolviendo el misterio de las llaves.

A mi vuelta me dijo:
Las Misteriosas llaves

- Kiko, ¡eran unas llaves de moto! ¡Y son del vecino de arriba!

- Ves Angelines, te dije que iba a haber solución .- Le respondí.

La mujer se tranquilizó, puesto que este hecho le estaba provocando cierta ansiedad.

Ayer me encontraba en mi habitación. Por un instante me quedé mirando una lámpara roja que había en una esquina.
Dicha lámpara la compré en el IKEA y la verdad, nunca me llegó a gustar. Sobretodo,  la luz roja que emitía.
Fue entonces cuando le quité el polvo, la limpié un poco y decidí ir a casa de Angelines.

Llamé a la puerta, la televisión estaba a todo volumen. Como vi que llamando al timbre no respondía, decidí golpear en la puerta y en la verja metálica que hay sobre su ventana.

Finalmente, la cortina que había detrás mío se abrió, era Angelines.
Al abrir la puerta, Tauro se intentó escapar, con lo cual tuve que agarrarle para que no se fuese.

- Ay Tauro que se escapa por la escalera. Tiene un peligro... .- Dijo Angelines.
Modelo exacto de la nueva lámpara de Angelines

Interrumpiendo a la mujer le dije - Toma Angelines.

Le di la lámpara.

- ¡Pero bueno! ¿Y esto?

- Una lámpara roja que compré hace un tiempo y ya no quiero. La verdad es que no me va con mi nuevo mobiliario.

- ¡Muchas gracias! ¡Qué bonita es!

Angelines comenzó a preguntarme como funcionaba y demás. Se lo expliqué brevemente porque tampoco tenía mayor complicación.

Después me despedí.

Hoy me la he vuelto a cruzar. Me ha dicho que le encanta la lámpara y me ha vuelo a dar las gracias.

Con que poco se puede hacer feliz a alguien.

3 comentarios:

  1. Si Angelines empieza a tener visitas intempestivas debido a la luz roja de la nueva lámpara que le has regalado...

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  2. Llamándose Angelines no podía más que ser una señora adorable. Me alegro de que tengas unos vecinos majos, los mío son de un rancio...

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