viernes, 10 de agosto de 2012

UNA POLLA DESCOMUNAL

Antonio es el camarero del bar donde desayuno algunas mañanas. Dicho establecimiento, no es el más glamouroso de la zona pero me siento cómodo cada vez que voy allí.
A pesar de que llevo casi dos años acudiendo muchas mañanas creo que Antonio ignora como me llamo.
Sin embargo, aprendí su nombre porque la clientela (abundante todo hay que decirlo) le llama por su nombre.

Hace unos días una noticia llamó la atención de Antonio. Un hombre había sido detenido en la aduana de un aeropuerto de San Francisco porque se creía que llevaba consigo un arma y en realidad lo que tenía entre sus piernas no era otra cosa que su pene.

Antonio leyó en voz alta la noticia a los clientes del bar entre los que me encontraba.

Venti seis centímetros en reposo y casi treinta y cinco en erección, ¡eso es una polla descomunal! -exclamó.

Fue entonces cuando una cliente tomó la palabra.

- Y bien gusto que dará.

A lo que la cocinera (que por allí rondaba) contestó.

- ¡Qué miedo, eso yo no me lo meto!

Fue entonces cuando Antonio sacó un metro y lo extendió.

- Mira treinta y cinco centímetros. ¡Eso es salvaje, no me jodas!

Antonio me miró y me dijo.

- ¿Qué te parece?

- Pues eso, descomunal. - le respondí.

Antonio recogió su metro sonriente.

2 comentarios:

  1. Yo leí el artículo de ese individuo que contaba lo del aeropuerto. La periodista decía después " enrrolle el periódico a lo largo y compruebe lo que tiene el protagonista cuando está erecta"

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  2. Me imagino que es una buena constrictor

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