viernes, 3 de abril de 2015

MIRANDO A FRANCIA

No voy a ponerme a descubrir ahora Francia.
Respecto al cine, es sin lugar a dudas una de las filmografías más prolíficas a lo largo de la historia del séptimo arte.

Desde los orígenes con los Hermanos Lumière, pasando por Tati, la Nouvelle Vague o la nueva hornada de directores especializados en el terror actual.

Siempre que veo algún filme francés puedo sacar conclusiones tanto fílmicas como existenciales.

El creador galo, sabe perfectamente que el espectador no es idiota y que se puede levantar de su butaca o cambiar de canal;así que lo único que hace para empatizar con él, lo respeta.

El trabajo empieza en el guión. Una historia bien construida es la base de toda película, ellos lo saben.

Tratar los temas cotidianos desde la casi documentalización y los temas lejanos (como pueden ser la ciencia ficción o el terror) como cercanos, llevándolos hasta un contexto realista es su columna vertebral.

Los actores son valorados por sus personajes. Da igual si Mathieu Amalric es un hombre manco, un asesino o un hombre en estado vegetativo. Nunca se le tratará como "El actor de", se le tratará simplemente como el personaje que interpreta.

Los directores tienen una mirada. Cuando vemos una película de Godard sabemos que es de Godard, las de Bresson son también claramente reconocibles, las de Ajá, las de Truffaut... Cada director tiene un estilo propio y su espacio.

Este año he decidido mirar a Francia. Voy a indagar aún más sobre su cine.

Y es que por algo son el espejo donde todas las industrias europeas se quieren mirar.

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