Aunque acertada respecto a lo que cuenta "Tiempo" ("Old" - M. Night Shyamalan (2021)) me parece el naming menos acertado de los últimos tiempos, en gran medida, porque la sociedad actual, acostumbrada a ver series y películas en versión original sabe más que de sobra que "Old" significa "Viejo" y no "Tiempo"; dañando incluso la idea original de su autor, en este caso el susodicho Shyamalan.
Ahora centrándonos en la historia de este "Old", el director hindú afincado en Estados Unidos nos cuenta la historia de un familia que se va de vacaciones a un idílico resort alejados del mundanal ruido.
Los padres Guy y Prisca no pasan por su mejor momento. De hecho, este viaje de tres días será el último antes de su separación.
A ella le han detectado un cáncer de momento benigno y él no quiere abandonar la relación en este delicado momento, pero a ella no le parece buena idea y quiere continuar con sus planes.
Por otro lado, tenemos a los pequeños Trent y Maddox de seis y once años respectivamente, quienes son conocedores de la situación de sus padres pero que intentarán obviar los problemas dentro de su mundo infantil.
Tras la primera noche en el resort, Trent ha entablado amistad con el pequeño Idlib con quien se intercambia mensajes encriptados que le hacen pasar un buen rato.
Llega el día siguiente, la familia y otros personajes que hemos visto en las inmediaciones del hotel se dirigen a pasar una bonita jornada de playa.
Un hombre les lleva hasta al lugar y les indica cómo llegar a una cala.
Una vez allí, comenzarán los problemas, porque a medida que pasan los minutos cada uno de los allí presentes va ganando edad y perdiendo salud haciendo que sus patologías se agraven cada vez más.
Porque si algo tienen todas estas personas en común es que padecen patologías previas que se ven incrementadas a cada segundo.
En cuanto a los niños al no estar enfermos pasan de la niñez a la adolescencia y a la edad adulta en cuestión de horas.
Muy interesante esta propuesta de Shyamalan que adapta la novela gráfica "Sandcastle" de Pierre-Oscar Lévy y Frederick Peeters de manera sublime donde muchos de los planos si nos podrían recordar a las novelas gráficas: Utilización de angulares, contrapicados y grandes planos generales donde vemos los escenarios (en este caso la magnanimidad de la cala) que nos sumergen en un problema ajeno como propio.
Importante a su vez, son las migas de pan que nos deja su director a modo de pistas que harán de resolución final del film.
Los mensajes de Idlib son vitales, el juego que los pequeños Trent y el propio Idlib realizan preguntando a la gente quienes son y a qué se dedican también juega un papel importante.
Pero más allá de eso, la resolución final y explicativa propia de Shyamalan sobre el por qué de la isla y su cometido lo dejaré para que lo veáis, pero es marca de la casa.
Decir que pude ver la película en el cine y que generó un clima especial, de silencio sepulcral, donde los espectadores no se movían y dejaban de comer palomitas, mágico.
Como detalle decir que hay una presentación por parte del director dando las gracias a los espectadores por acudir a las salas.
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