sábado, 9 de abril de 2022

ANIMALES FANTÁSTICOS: LOS SECRETOS DE DUMBLEDORE


Desde que David Yates se hiciese con la saga de Harry Potter allá en 2007 con "Harry Potter y la orden del Fénix" ("Harry Potter and the order of the Fenix" - David Yates (2007)), parece ser que es él quien ha marcado una línea de estilo y manera de narrar todo aquello derivado de aquel joven mago y la mitología que le rodea. 

"Animales fantásticos" es una saga que se toma demasiado en serio a si misma y que lo único que me transmite como espectador es que parece ser que todo lo que nos quiere contar tiene que ser muy importante, y donde los malos son muy malos y donde los buenos son excesivamente buenos, obviando las dualidades que podrían tener algunos de ellos, quienes a su vez parecen alejarse de los conflictos más que de afrontarlos. 

"Animales fantásticos: Los secretos de Dumbledore" ("Fantastic Beasts: The secrets of Dumbledore" - David Yates (2022)) adolece de los mismos problemas que sus predecesoras.
Es un filme que se dedica a plantear, a plantear y a plantear y poco a concretar.
Tanto es así, que cuando llegamos a las batallas y a las peleas ya nos hemos perdido por el camino y no somos capaces de recordar el origen del conflicto. 
Si bien, el personaje de Eddie Redmayne como el magi-zoólogo Newt Scamander es cada vez mejor (de hecho es una especie de Charles Darwin de la magia que me encanta), el filme adolece de no centrar el protagonismo en él y cedérselo a Jude Law como Albus Dumbledore, puesto que es un personaje que engrana con el universo Harry Potter; (recordemos que Albus Dumbledore es un mago supremo y director de Howarts, escuela para magos donde estudia es susodicho Harry Potter). 

Además, por otro lado, me parece un fallo el haber reemplazado a Johnny Depp por Mads Mikkelsen como Gellert Grindelwald
No porque sea peor intérprete, en absoluto, sino porque a pesar de la extensa duración del filme, no han utilizado ni un momento para justificar el cambio de aspecto del personaje, ya que el Grindelwald de Depp era casi una caricatura y este Gellert Grindelwald interpretado por Mikkelsen posee la solemnidad de un actor de su talla, que quizás puede que le venga bien al personaje. 

Interesante es la relación de amor entre el citado Gellert Grindelwald y Albus Dumbledore.
Una historia de amor homosexual situada en los tiempos que la sitúa, es cuanto menos inquietante y que probablemente no esperas cuando vas a ver el filme.
Echo de menos en este filme más secuencias en escenarios reales, tanto CGI y espacios virtuales me desconciertan y me hacen ver la película desde otro punto de vista que no me termina de encajar. 

Siento decir, que aunque no me parece mala película, por momentos se me ha hecho aburrida.
Sobretodo con el anti clímax de la boda entre Jacob y Queenie que quizás se podían haber reservado para el inicio de lo que parece ser la más que inevitable cuarta entrega de la saga.  

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