viernes, 15 de abril de 2022

SPENCER


Que Lady Di tuvo una vida más que complicada como Princesa de Gales es algo que todos sabemos y que asumimos como mortales de a pie.
Lo que es más difícil de entender es cómo una mujer como ella, idealista, liberal y feliz con una vida corriente pudo formar parte de la casa real británica o enamorarse de un tipo como Charles, tan ajeno a su forma de entender el mundo. 

"Spencer" (Ídem - Pablo Larraín (2021)) nos cuenta ese enjaulamiento de lujo al que estaba sometida Diana y cómo su comportamiento (a fin de cuentas normal pero nada protocolario) chocaba con la vida de la familia real. 
De hecho, vemos a una Diana interpretada por Kristen Stewart que nos sumerge en una fábula onírica sobre la que versa todo lo que le pasa por la mente a la que podría haber sido la reina británica. 
Es que a Diana le gusta elegir sus propios vestidos, aborrece las perlas, de hecho; hay un pasaje del filme donde hace alusión a Camila Parker, donde le comenta a Charles .- Al menos no me regales las mismas perlas que a ella. 
Consecuente su personaje, que en realidad, su esposo ama a otra mujer y que está con ella no sabemos si por conveniencia o por qué motivo. 

A finde cuentas, lo único que Diana desea es que sus hijos tengan una vida normal como el resto de niños.

Interesante, a su vez es la costumbre británica de pesar un kilo y medio más pasadas las Navidades como muestra del gozo y del disfrute de los festines u otros protocolos, donde todos los miembros de la casa real deben de llegar antes de que aparezca la reina en cada uno de los actos, ya sean una comida o hacerse una simple fotografía. 

Larraín narra con sumo cuidado esta paradójica vida, de la cual únicamente nos muestra un fragmento que al igual que en "Jackie" (Ídem - Pablo Larraín (2016)) se asoma sin transparencias al personaje femenino doblegado en cierta medida al personaje masculino que la acompaña. 

Bonitas reflexiones la del cineasta chileno, que se ha ganado a pulso un hueco propio en la cinematografía mundial y donde sus películas, probablemente, sepan reflejar más que nadie el interior de unos personajes que tanto Natalie Portman como Kristen Stewart han sabido plasmar en interpretaciones imborrables. 
Visto el filme, quizás sí le hubiese dado el Oscar a la Mejor Actriz.

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