lunes, 7 de octubre de 2024

GREMLIN

 


El cine de Serie B ya no es lo que era. 

A pesar que actualmente se siguen haciendo películas siguiendo los patrones de este tipo de género cinematográfico, la realidad es que los efectos digitales han hecho que muchos de estos títulos pierdan su magia. 

"Gremlin" (Ídem - Ryan Bellgardt (2017)) es un ejemplo de ello. 
El filme cuenta la historia de Adam, un padre de familia que lleva una vida extra conyugal y que parece no atravesar el mejor de los momentos en todos los aspectos. 

Un día, su suegra, recibe por parte de sus hijos una misterios caja.
En ella, habita un extraño ser  (más bien varios) que ejecutará a aquel que la posea más del tiempo necesario la susodicha caja sin entregársela al siguiente destinatario.

La condición es que esa caja debe de ser regalada a alguien a quien realmente quieras.

Lo que podría ser una premisa interesante, por desgracia se va diluyendo a medida que avanza el metraje, a lo que hay que sumar los efectos digitales con los que se ha realizado el monstruo en cuestión.

Y es que a mí, particularmente, lo que me gustan son los efectos sala y los maquillajes FX, los monstruos creados de manera artesanal y todo aquello creado por CGI en muchas ocasiones me echa para atrás. 

"Gremlin" no deja de ser una película hecha para el disfrute del público que anhela aquellas películas ochenteras y noventeras con monstruos de por medio que lo único que querían era entretener. 

Quizás aquel espíritu se ha perdido o quién sabe, quizás no tanto.

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