Karen es una niña especial.
Su apariencia de niña lobo le hace no pasar desapercibida en el Chicago de finales de los setenta del pasado Siglo XX.
Vive junto a su madre y a su hermano Dezee, un joven bastante peculiar y arrogante que lucha por no ir a Vietnam, aunque su alistamiento en el ejército estadounidense se presume más pronto que tarde.
La vida de Karen Reyes no deja de ser peculiar y cree que debe de haber algo que le ayude a contribuir en la sociedad de una manera u otra.
Así que un hecho inesperado, hace que la pequeña comience una investigación convirtiéndose en una detective, gabardina y sombrero incluidos.
El repentino fallecimiento de su vecina Anka Silverberg una superviviente del holocausto nazi, hará que la investigación la lleve conocer el pasado de la mujer fallecida, así como buscar posibles sospechosos entre sus vecinos, sin descartar a quienes la rodean.
Con unas ilustraciones bellísimas, que pasan por secuencias explícitas, hasta los homenajes a la literatura Pulp y a las películas de Serie B, "Lo que más me gusta son los monstruos" es sin duda, una de esas novelas gráficas que un buen amante de este género debe de tener en su estantería y por supuesto, es de lectura obligatoria.
Lo que más me sorprende de ella es que todo está dibujado a bolígrafo y que muy probablemente, esta novela gráfica le haya llevado años realizarla.
A todo esto, hay que sumar que el libro estuvo bloqueado durante un tiempo en el Canal de Panamá por un problema de aranceles y no fue hasta 2017 cuando se pudo publicar.
Sin duda alguna, una de esas magníficas historias que hay detrás de los grandes libros.
Emil Farris, su autora, recibió por esta novela los prestigiosos premios Eisner Award, Ignatz Award o el Premio Lorna al Mejor cómic extranjero entre otros.
Este 2024 ha salido el segundo volumen que sin duda leeré el próximo año.
Altamente recomendable.
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