martes, 29 de agosto de 2017

CORTES

Me gusta decidir donde quiero vivir. Creo que por eso nunca me planteo el comprar una vivienda.
La libertad que da el no tener un compromiso económico de esas características te hace ver la vida de otra manera.

Eso sí, tras pasar un año alejado del barrio donde había vivido tres años consecutivos, he decidido volver junto con mi pareja.
Todo me suena, todo me es familiar pero es sorprendente el ver como cambian las cosas tan sólo en trescientos sesenta y cinco días.


Hace un par de días decidí cubrir una de mis necesidades básicas, cortarme el pelo.
Fui a una peluquería donde solía ir con anterioridad. Es una franquicia, allí, no encontré a ninguno de los peluqueros y peluqueras que solían cortarme el pelo.

Nada más entrar me atendió un hombre de unos cincuenta años, era alto y corpulento.

- Querría cortarme el pelo .- Dije.

- Claro, por supuesto .- Respondió.

Me senté en la silla más próxima a la entrada (de hecho fue la que él me ofreció). Muy amablemente comenzó a preguntarme sobre el corte de pelo que me gustaría. Le respondí y comenzó a cortármelo.

Conmigo llevaba el tomo séptimo de "La Torre Oscura" de Stephen King. Estoy casi terminándolo y me siento enganchado, así que le pregunté al hombre si le molestaba mucho que leyese en vez de mirar al frente.
Evidentemente no le molestó que leyese, lo único que rápidamente me di cuenta que al hombre le gustaba mucho hablar.

Estaba enfrascado en la lectura cuando de repente el hombre se dirigió a mi:

- Que letras, es que me emociono.

Me costó enterarme de lo que me quería decir.

- La canción. - Me dijo.

Intenté fijarme en el hilo musical, pero la canción ya había terminado. Anteriormente me pareció escuchar un tema de John Legend así que deduje que igual se refería a esa.

- Perdona, que estabas leyendo, no quería interrumpir. - Volvió a comentarme el hombre.

- No es molestia.- Contesté.

Posé el libro frente a mi y me fijé en el corte de pelo y me dediqué a hablar con él.

- Los "Bee Gees" esos sí que eran buenos, ese juego de voces, esos temas...

Sin darnos cuenta, una canción de "Los Pecos" comenzó a sonar. Tenía pinta que era de una lista de reproducción.

- Venga "Los Pecos" ¡no me jodas! Lo digo en serio, hay gente que ha muerto después de escuchar esta mierda. - Me dijo.

- Si es que... éstos no aguantan un directo seguro.

- ¡Qué va! Éstos no son artistas ni son nada.

El hombre concluyó su trabajo y fuimos a que me lavase la cabeza. A la vuelta me explicó el corte que me había hecho.

- ¿Te das cuenta de lo que he hecho? He marcado la diferencia entre dos partes de la cabeza para que luzca más el corte.
He hecho lo que se llama "sombreado". Comenzó a usarse en los años cuarenta. Eso es lo que marca la diferencia entre un buen corte y un mal corte.
Ejemplo de sombreado.


Me fijé en el corte que me había realizado. Sinceramente, no me había dado cuenta de ese salto.

- También he intentado hacer bien las patillas y los laterales. Ahí se nota cuando uno va bien o va mal.

- La verdad es que me gusta. - Le respondí.

Me entregó un espejo. - Date la vuelta y mírate la parte de atrás.

El corte era perfecto.

- Ale ya estás listo.

- Muchas gracias por todo.- Le dije.

- A ti.

Pagué a otro chico que estaba en la entrada. Una mujer entró y preguntó por otra persona que la solía teñir, la vida continuó dentro de aquellas cuatro paredes.
Yo me fui con ganas de volver y de charlar con mi nuevo amigo, del cuál, aún desconozco el nombre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario