lunes, 12 de agosto de 2019

DESTROYER (BRAZO DE ACERO)

Sergio Martino siempre se ha desenvuelto bien en el cine de Serie B.
Ya fuese con películas postapocalípticas (o simplemente apocalípticas), Spaghetti Western, Giallo o incluso el softporn.

Si observamos su filmografía, esta está basada en filmes que bien podríamos decir que están relacionados respecto a sus temáticas, pero alejados entre si, ya que entre una película y otra no vemos conexión posible.
De hecho, al final de su carrera, encontramos películas cómicas y románticas, destinadas más a un público mayoritario y no tan de nicho como los géneros que trató con anterioridad.

Puestos a analizar su carrera, hoy querría hablaros de "Destroyer (Brazo de acero)" ("Vendetta dal futuro" - Sergio Martino (1986)) una película con ecos a "Terminator" (Ídem, James Cameron (1984)), donde un Daniel Greene en plenas facultades hace de héroe de la película.

"Destroyer (Brazo de acero)" cuenta la historia de un hombre que tras sufrir un accidente en combate y permanecer en coma, es convertido en un  hombre biónico, (mitad hombre, mitad máquina) que intenta (por así decirlo) buscarse a si mismo.
También le buscarán (y no de manera retórica) son los científicos que le han creado, quienes por su parte han creado una mujer más avanzada que él (científicamente hablando) y otros seres.

Mientras Paco Queruak (que así es como se llama el hombre biónico), termina en un bar de carretera realizando distintas funciones de mantenimiento a cambio de un alojamiento.
Una vez allí, sin renunciar a su parte humana se ve atraído por Linda, la propietaria del negocio que también ve con buenos ojos una posible relación con el foráneo.

A todo esto, hay que sumar, la relación de Paco con los distintos habitantes del lugar. Dicha relación no es cordial y deberá mostrar su lado más abrupto a base de competiciones de pulso (que evidentemente gana) al poseer un brazo de acero letal e indestructible.

Como no, en esta hecatombe de acontecimientos hay espacio para la acción, los disparos, las muertes cruentas (a base de aplastamiento de cráneos) y un final tan abierto como la trama del filme, la cual no nos queda especialmente clara en un inicio, pero a medida que avanza la historia se va encauzando.

Creo que este filme es uno de los claves del cine de Martino, con una temática y unas formas propias de una producción de bajo coste (como las que se hacían en aquellos tiempos en Italia, aunque esta en concreto está grabada en Arizona) y que bien debe formar parte del visionado de cualquier cinéfilo que se precie. Más aún, si le gustan este tipo de películas, como es mi caso.


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