viernes, 20 de diciembre de 2019

GOTHAM - TEMPORADA 3

Desde que en verano me sumergí en el mundo del hombre murciélago a modo de serie, muchos han sido los altibajos que he sufrido al visionar "Gotham".
Y es que pienso que esta serie sería mucho más redonda si contase con un máximo de 15 episodios por temporada, aunque una vez llega el final de cada una de ellas, te das cuenta que tanto las subtramas como los arcos de transformación de los personajes son importantes y que a fin de cuentas, nos encontramos con una serie de puro entretenimiento.

También, son cosas mías, puesto que me genera un poco de rechazo aquellas historias donde magos, ilusionistas o mentalistas son los protagonistas de la trama principal. En esta tercera temporada que nos ocupa, coge un peso bastante importante el mentalista Jervis Tetch quien está obsesionado por permanecer próximo a su hermana Alice, quien en su sangre posee un antídoto capaz de desplegar la ira a quien se contamine con su ADN.

Y es que sin esperarlo, muchos de los personajes del universo Gotham ven como sus vidas se encuentran perjudicadas como consecuencia de dicha sangre.

El primero y más reseñable de todos es el comisario Barnes, quien en un primer momento oculta que haya sido infectado por el virus, pero pronto, comienza a manifestarse con ataques de ira muy alejados de su forma de actuar habitual, siempre respetando la ley. (De hecho hay un momento muy llamativo en el que Barnes aparece con tubos en la boca y una máscara, recordándonos a uno de los malvados de Batman, Bane, ¿casualidad?)

Mientras, el comisario Gordon intentará poner en orden su vida. Aún se encuentra afectado por su separación con Leslie y deberá asumir, que la que iba a ser la madre de su futuro hijo se ha comprometido con Mario Falcone, hijo del popular ganster que  actualmente se encuentra retirado.
Así que el comisario, entre escarceos amorosos y reencuentros con sus ex deberá de encauzar de una vez por todas su vida.

Jarvis, el mentalista que todo lo cambia.
Y es que todo sucede en este universo extraño de "Gotham"; sin ir más lejos,  Oswald Cobblepot, más conocido como el pingüino es elegido para ser el nuevo alcalde de la ciudad.

Es entonces, cuando de verá ocultar sus tretas, a pesar que no es capaz de controlar lo que viene a ser su estado anímico, el cual es inseguro y bastante violento.
Muy interesante es la trama de amor - odio - desamor que se produce entre Oswald y Nygma. Ya que el primero le entrega su corazón al segundo y es rechazado; lo cual hace que el pingüino mate a la amante del carismático forense.
Es entonces, cuando de una estrecha amistad se pasa al odio extremo entre ambos personajes.
Por otro lado está Bruce Wayne, que es por quien realmente se desata todo este entramado que es Gotham.
Desde la trama amorosa, casi de amor - odio (diría yo) entre él y Selina, la cual ya llevamos arrastrando varias temporadas, hay que sumarle la autoestima del personaje.
Y es que es joven Wayne es secuestrado y llevado fuera de Gotham. Allí, junto con un maestro impulsado por el Búho dorado, que le absorbe la cabeza, comenzará a conocerse así mismo y a que no le afecte entre otros factores, la muerte de sus progenitores.

Una vez vuelve a Gotham, incluso, será el encargado de expulsar el antídoto de la ira en la ciudad a pesar de no contar con una vacuna real ante tan magno problema.
Wayne ha cambiado, de eso no cabe duda, así que incluso apuñala a Alfred, haciendo que este casi fallezca. Algo de lo que pronto se arrepentirá volviendo a sus cabales.
Una vez concluida la temporada, Bruce ha aprendido la diferencia entre el bien y el mal.
Sabe realmente lo que quiere hacer con su vida, con lo cual, decide ponerse un disfraz y por las noches salir por las calles de Gotham a impartir justicia y es que después de todo, ese pequeño ricachón se terminará convirtiendo en "Batman".


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