domingo, 8 de diciembre de 2019

THE KING

Me gusta mucho el catálogo de Netflix y el de otras plataformas que generan contenido propio, porque me da la sensación de estar en en videoclub.
Cuando caminaba por los interminables pasillos que tenían aquellos templos del cine, podía encontrarme con todo tipo de películas y tardar horas en decidir que iba a ver y como lo iba a ver.
Ahora ese videoclub está a golpe de móvil y puedo elegir que ver en todo momento, si lo veo a trozos o no, si lo veo del tirón, sólo por eso, estos tiempos que nos ha tocado vivir son maravillosos.
Así, que dentro de ese basto nuevo videoclub que son las plataformas VOD, ayer decidí ver "The King" (Ídem, David Michôd (2019)). Filme épico, donde vemos la representación de lo que fue la llegada a la corona de Inglaterra de Enrique V.

Bastante alejada de la versión de Kenneth Branagh en el año 1989, en esta "The King", el realizador toma una perspectiva más realista y desde un punto de vista histórico, probablemente más certero en algunos casos que aquella película de finales de los años ochenta del pasado Siglo XX.

También, debemos de tener en cuenta, que aquella era una representación llevada al cine de la obra de William Shakespeare y esta, sin embargo, se encarga de retratar unos hechos verídicos que acontecieron en el pasado Siglo XV en el norte de Europa.
En cuanto a la evolución de la película, puede que a algunos (y lo entiendo) les de la sensación que la pueda tardar en arrancar, pero como bien sabemos, eso en ocasiones (como es el caso) va en beneficio de la historia.
Una calma, que nos lleva a una tormenta letal y despiadada, tal y como era reinar en aquellos tiempos.
Y es que este Enrique V no quería gobernar, daba por hecho que su hermano Thomas ocuparía el trono y se dedicaba a llevar una vida libertina alejada de palacio.
Por distintas circunstancias, tras las muertes de su padre y de su hermano a de ser coronado y a pesar, de querer implantar una impronta alejada de las batallas y los conflictos, no tendrá más remedio que aceptar las normas como son y acudir a una innecesaria guerra con Francia, en la que se ve sumergido por culpa de algunos que le rodean, incluido su propio primo.
Las circunstancias que convierte al nuevo monarca en un ser despiadado y sin escrúpulos no son de base propias de este personaje, sino que a debido de amoldarse a unas circunstancias tan adversas, que no son propiciadas por él, sino que venían adquiridas.

Me gusta bastante la templanza del protagonista Timothée Chalamet, quien no realiza una caricatura de su personaje, sino que lo hace propio. Una cualidad
que como espectadores siempre debemos de agradecer.
Como es de esperar en este tipo de producciones las batallas y secuencias bélicas están filmadas maravillosamente.
Destacar la dirección de fotografía, luces apagadas, colores fríos y plomizos que acompañan a una historia que queramos o no es bastante triste.

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