Parece que estamos en tiempos en los que jugar con la nostalgia es algo casi inevitable.
Muestra de ello es "Cazafantasmas: Más allá" ("Ghostbusters: Afterlife" - Jason Reitman (2021)) que continúa los acontecimientos que vivimos en la segunda parte de la saga del año 1989.
Muchos fueron los rumores desde entonces sobre una tercera parte, que si bien, hubiese sido lógica a principios de los años 90 del pasado Siglo XX, a día de hoy como conexión con el público actual es difícil que las nuevas generaciones entiendan los códigos y las referencias de las películas anteriores porque muy probablemente no las hayan visto.
Así que para ello hay que introducir a Slimer y al muñeco de los Marshmallow para que los niños a día de hoy tengan algún tipo de icono como referente.
También funciona meter a caras conocidas como Paul Rudd famoso por ser cómico de Stand-up y por interpretar a "Ant-Man" en el universo Marvel o al joven Finn Wolfhard popular por la serie "Stranger Things" para empatizar aún más.
Y de este mejunje de aunar el pasado con el presente nace este "Cazafantasmas: Más allá", que comienza con la muerte del doctor Egon Spengler y es que en realidad, el actor que lo interpretaba Harold Ramis ha fallecido en la realidad fuera de la pantalla; así que su director y también guionista Jason Reitman (por cierto hijo del director Ivan Reitman quien se puso al mando de las dos primeras entregas) presenta al personaje con un doble sin mostrarnos nunca su rostro pero identificamos perfectamente de quién se trata.
Así que tras la muerte de este, aparece en escena la que es su hija Callie y sus dos hijos quienes viajan a un remoto poblado de la América profunda para vivir en la destartalada casa de su difunto padre.
Es entonces cuando a medida que avanza la trama vemos el por qué de la partida inesperada del doctor Egon Spengler a aquel poblado.
Él sabía que en esa población se despertaría el mal a modo de diosa del averno y que debía utilizar todas las armas a su alcance para poder pararlo.
Así que sin que lo esperemos (o sí), las fuerzas del mal se desatan y es entonces cuando los tres Cazafantasmas sobrevivientes aparecen en el tercer acto del filme para combatir a las fuerzas maléficas.
Cómo no, además tenemos a los perros demoniacos de las anteriores entregas y contamos con dosis de humor que también funcionan.
Una vez vista, puedo decir que me ha agradado y que al menos respeta algo más la esencia, no como el bodrio a modo de continuación estrenado en 2016 que será mejor no recordar.
Muy interesante lo que se ha logrado con el CGI de Harold Ramis en el tercer acto del filme, digno de ser visto y por qué no, disfrutadla en cine como he hecho yo, no os arrepentiréis.
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