Segunda temporada de "El Cid" en la que vemos la formación de los distintos reinos de la península ibérica y de cómo los hermanos Sancho, Alfonso y García luchan por conservar sus reinos o por el contrario conquistar los de los demás.
Dentro de esta dicha entre personajes, nos encontramos con un Ruy que cabalga al lado de Sancho, pero que a medida que avanza la temporada cada vez se le ve menos convencido de los actos que el rey ejecuta a modo de batallas y venganzas, incluso absurdas.
También encontramos la dicotomía dentro de la propia existencia de Ruy, puesto que su abuelo Rodrigo se encuentra a las órdenes de Alfonso al igual que su amada Jimena quien no le quedará más remedio que por convenios familiares casarse con Orduño al cual nunca ha amado.
Pero en este cruce de caminos y de vidas también nos encontramos a las dos hermanas de los reyes, Urraca y el Elvira que al igual que su madre Sancha viven bajo el reinado de Alfonso y dudan también si este es digno de soportar el peso de la corona del Reino de Castilla.
Y es que la cruda batalla comienza cuando García, el pequeño de los hermanos decide poner como consejero a un joven del cual está enamorado, en vez de un gallego tal y como era el propósito de su padre.
Esto desatará la ira de Sancho quién desde Zaragoza decidirá trasladarse a Galicia y hacerse con el reino de su hermano algo que consigue.
Es aquí, en estos momentos, cuando vemos la gran producción que es esta temporada de "El Cid".
Las batallas están tan bien filmadas y son tan verosímiles que poco tienen que envidiar a otro tipo de producciones ajenas a nuestro país; aunque bueno, eso ya lo hemos demostrado en los últimos tiempos.
Los campos de batalla se convierten en espacios sanguinolentos donde hay cabida a todo tipo de muertes, acuchillamientos, espadazos, cortes de cuello, desmembramientos... en fin, un cocktail necesario (o no) para todos aquellos que les guste ir más allá en este tipo de producciones.
Citar que su protagonista Jaime Lorente tiene un arco excelente y que demuestra una vez más que es un actor que puede hacer lo que le dé la gana, algo que no es poco.
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