martes, 28 de diciembre de 2021

EL PASILLO DE LA MUERTE


John Coffey llegó demasiado tarde, o al menos es lo que el gritaba cuando le descubrieron con las dos gemelas entre sus brazos. 
Alguien había abusado de ellas y después las había matado o quizás fue al revés, poco importa. 

El gigante negro fue llevado a la cárcel situada en en Cold Mountain dónde se encontraba la freidora, también conocida como silla eléctrica, donde Coffey esperaría a la muerte tras ser condenado a la mayor pena capital. 

De entre los agentes que custodia la cárcel donde se encuentra el pasillo de la muerte o la milla verde debido al color de su suelo, se encuentra Paulie.
Paulie vive con su esposa no muy lejos del centro penitenciario donde poseen una existencia acomodada. 
No son buenos tiempos para Paulie puesto que tiene una incómoda infección de orina que le arde por dentro y que no le deja llevar una vida normal. 
Junto a él, se encuentran otros funcionarios como Brutus, Harry o Dean Staton que  hacen de la vida en la cárcel algo más agradable. 
Pero no todos los los funcionarios son, por así decirlo, buena gente.
Entre todos ellos se masca el ápice de maldad de Percy quien se la tiene jurada a uno de los condenados a muerte, el francés Delacroix

Delacroix, permanece en prisión tras haber asesinado a seis personas.
Nadie sospecharía que alguien como él hubiese cometido un crimen similar, pero así fue. 
El francés cuida de un pequeño ratón al que los guardas llaman Willie (como se llamaba Mickey Mouse en sus inicios mientras navegaba en su barco) pero que él llama cariñosamente Cascabel
El roedor, es capaz de recorrer los pasillos de la penitenciaría y hacer cabriolas impropias de un ser de su tamaño.
De hecho, Delacroix sueña con que algún día Cascabel tenga su propio espectáculo en Ratilandia donde se le cobrará la entrada a la función a los adultos cuatro dólares y a los niños dos dólares por entrar. 

Tras los muros de la prisión de Cold Mountain todo puede pasar. Desde la más cruda de las venganzas, hasta el milagro más inesperado. 
Y es que John Coffey con sus manos es capaz de curar la infección de orina de Paul, de salvar de la muerte a Cascabel tras un puntapié del malvado Percy e incluso de quitarle el tumor cerebral que padece la mujer del alcaide de la prisión. 

Desde luego, Coffey tiene un don especial que Dios le ha otorgado y lo que está más claro que nunca, es que va a ser condenado a muerte por un delito que no ha cometido, paradojas de la vida. 

Sensacional novela de Stephen King que la primera vez que vio la luz fue por entregas siendo algo poco habitual en la obra del autor.
Si tuviese que destacar algo de esta novela podría decir que me parece sublime el arco de los personajes y la motivación de cada uno de ellos. 
Están bien definidos, bien cuidados y muy probablemente nos encontremos ante uno de los mejores trabajos del escritor (que no es poco). 
En cuanto a su lectura es fácil y cómoda y si lo lees (como ha sido mi caso) muy probablemente te lo zampes en pocos días. 

Para los que quieran ser guionistas también es una buena novela para saber más de como construir personajes. 
De hecho, este trabajo tuvo una adaptación dirigida cinematográfica por Frank Darabont en el año 1999 tan brillante como el texto de King y que por supuesto también os recomiendo fervientemente. 

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