domingo, 31 de julio de 2022

LA RED PÚRPURA


Como comenté post atrás, uno de mis propósitos era no tardar en exceso en leer la continuación de "La novia gitana", titulado "La red púrpura"

Y es que la primera parte de las aventuras de la inspectora Elena Lázaro, tenía como colofón final la aparición de su hijo desparecido en un enlace que ha llegado a su correo a modo de vídeo y cómo este, junto con otro hombre torturaban a una joven sin que ella pudiese hacer nada por escabullirse. 
Un vídeo que se ha eliminado de manera automática pero del cual Elena ha guardado un frame distinguiendo a la perfección a aquel inocente niño al que se ha pasado durante años buscando. 

Junto a su equipo habitual, Elena se adentrará en La red púrpura una organización donde el poder y la corrupción juegan un papel fundamental y donde las apuestas clandestinas, los bajos fondos y las malas prácticas campan a sus anchas. 
Impresionante, es la adicción que crean las novelas de Carmen Mola, puesto que esa forma de narrar casi como secuencias cinematográficas hacen que tengan un cliffhanger al final de cada episodio del que es difícil desprenderse y que como lector te pide cada instante más y más. 

Interesante, es a su vez es la evolución del personaje de Elena, su relación con Zárate, la inexistente relación con el padre de su hijo o el amor de Orduño (a pesar de ser un falso amor) otro de los habituales en este trama policial. 
Detalladamente, los autores nos sumergen en una atmósfera inquietante, agobiante, haciéndonos partícipes de las emociones de su protagonista, que ve como su hijo se vate a muerte cual circo romano y que intenta encontrar un halo de humanidad en aquel que fue su primogénito. 

También en esta segunda entrega reconocemos Madrid, sus calles, sus barrios de alto nivel económico, la periferia donde se encuentran los más desfavorecidos. Siendo un retrato, que en un futuro veamos como un fiel reflejo de la sociedad actual.

Completamente humana y perfecta, "La red púrpura" es una de esas novelas para leer del tirón (si el tiempo lo permite). 
Ahora sólo me queda la tercera parte de esta historia, seguramente en breve os cuente mis impresiones, que muy probablemente sean buenas. 

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