miércoles, 21 de diciembre de 2016

EL INQUILINO

Para conocer nuestro presente (y sobre todo nuestro futuro) hay que conocer nuestro pasado.
Si bien el cine español (hasta el fin de la dictadura franquista) estuvo regido por comedias amables o cine comercial, durante aquellos años se realizaron películas que a pesar del paso del tiempo siguen siendo de rabiosa actualidad.

"El inquilino" de José Antonio Nieves Conde es una de ellas.
En este film podemos ver al señor González un practicante (profesión a día de hoy inexistente) que malvive en un edificio en ruinas junto con su familia.

Los empleados de la obra, encargados de derribar la vivienda llegan a su casa con la idea de tirar el piso abajo, pero tras ver a González con sus cuatro hijos y esposa deciden que le darán una prórroga de unas horas para que conserve su inmueble.

La cosa se pone difícil y esa prórroga tiene que durar finalmente días.
En el film vemos la dificultad tanto del protagonista (interpretado por un soberbio Fernando Fernán Gómez) y su mujer para lograr una vivienda digna donde vivir.

Los avales, la falta de dinero o el trabajo precario son sin ningún género de dudas problemas del pasado que a día de hoy también afectan a los españoles de a pie.

Podríamos hacer un estudio sobre películas españolas con esta problemática (no descarto hacerlo) desde "El Verdugo" de Berlanga hasta la actual "Techo y Comida" de Juan Miguel del Castillo y ver que a pesar de las nuevas tecnologías y de ser una sociedad cada vez más conectada, seguimos teniendo las mismas dificultades de hace sesenta años.


Y es que uno de los derechos fundamentales del ser humano es el "derecho a una vivienda digna" aunque a muchos de nuestros dirigentes se les olviden de vez en cuando.

Volviendo a la película.
Durante muchos años el filme tuvo un final que no era el planteado ni por sus guionistas ni por su director.
En él se veía como González y su mujer Marta encontraban una vivienda donde ir una vez concluido el plazo de la entrega de su inmueble para la demolición.
(Previamente se leía una cartela explicando la problemática del país y el buen hacer del gobierno para solucionar el problema).

Sin embargo, el otro final, (el realmente interesante), el que no se editó, podemos ver como González una vez abandona su vivienda y con los muebles a cuestas decide vivir con su familia en la calle tras una gran tumulto general.

Y es que ya sabemos como son las dictaduras. Hacen que lo veamos todo bajo el prisma del desconocimiento y el miedo.
Menos mal que en nuestro país esto hace tiempo que no pasa.

En cuanto a la película, recomiendo encarecidamente su visionado nos hará reflexionar y sobretodo aprender.

No hay comentarios:

Publicar un comentario