EL CONDE DE MONTECRISTO

A lo largo de la historia del cine, no sé cuantas versiones ha habido basadas en "El conde de Montecristo", la novela homónima escrita por Alejandro Dumas y publicada por primera vez en 1815.

Para quienes no conozcan las andanzas de este personaje, cuenta la vida de Edmond Dantès quién tras haber salvado a una mujer de morir ahogada es ascendido a capitán de barco. 

Y es que todo parece ser idílico para el bueno de Edmond.
Pasa de ser un hombre humilde, a ser un joven con un futuro próspero, además de compartir su vida con la bella Mercédès, una mujer perfecta para un hombre como él. 

Como suele pasar en este tipo de cosas, muchos envidian la vida de Edmond.
Desde el antiguo capitán de barco al cual le ha quitado el puesto, pasando por Fernand, su primo que anhela el amor de Mercédès.

Así que alegando que la joven rescatada tiene vinculación con Napoleón Bonaparte, Edmond es acusado de alta traición y condenado a ser apresado en una cárcel situada en medio del océano. 

Edmond pasa allí varios años hasta que logra fugarse con la ayuda de Morrel, un preso mayor que él que le hablará de las bondades de un tesoro perdido en una isla italiana y que pertenecía a el Conde de Montecristo. 

Tras su fuga y la previa muerte de Morrel, Edmond decide viajar a la remota isla italiana y se hace con el tesoro del conde otorgándole una buena posición social y económica.
Es en ese instante, cuando decidirá viajar de nuevo a sus orígenes y vengarse de quienes le hicieron perder su vida anterior. 

Memorable película francesa dirigida por Alexandre de La Patallière y Matthieu Delaporte que formó parte de la pasada edición del Festival de Cannes fuera de competición.

Todo en la película funciona, y es que este film posee un nivel de producción bastante alto. 
Tanto es así, que por momentos nos parece estar viendo un filme Made in Hollywood más que una película europea. 

Además esta "El conde de Montecristo" ("Le comte de Monte-Cristo" - Alexandre de La Patallière y Matthieu Delaporte  (2024)), por momentos tiene ese aroma a la saga "Misión: Imposible" (no diré el por qué) en el siglo XIX, un acierto que le otorga cierto grado de espectacularidad. 

Por otro lado tenemos el diseño de producción, muy cuidado, además de un maquillaje excepcional, no sólo en cuanto a prótesis, si no en cuanto a envejecimiento de los personajes.
Estas dos disciplinas están tan logradas que no descarto que ambos departamentos estén nominados en la próxima edición de los Oscar. 

Sin dudas, es una de esas películas para ver en pantalla grande. 

Aprovechad ahora que podéis.