viernes, 22 de marzo de 2019

SOLO ESCUCHO FRANCÉS


Hace unos meses tuve la oportunidad de viajar a Marsella.
Era la primera vez que visitaba Francia y ciertamente me pareció un país maravilloso, al cual no me importaría volver.
Al cabo del año, además, suelo ver bastante cine galo; y a pesar de haber estudiado seis años de francés, no tengo ni la más remota idea de hablarlo, pero sí tengo el oído algo entrenado cuando lo escucho. Así que no me es difícil identificarlo.

No sé que pasa últimamente, pero a mi alrededor todas las personas que me rodean hablan francés.
En el metro escucho francés, en las tiendas, en los bares, el idioma me persigue.

Madrid, se está convirtiendo (cada vez más) en una ciudad donde escuchar multitud de idiomas a medida que avanzas unos metros es una constante, que a mi, particularmente me encanta.

No sé, si escuchar francés a mi alrededor es un presagio de que algún día termine haciendo una película en ese idioma, quizás en Francia, en Canadá o en cualquier otro país africano donde se hable este idioma.

En realidad no sé si será una señal o no, pero no puedo dejar de pensar que me persigue como un ente silencioso capaz de atraparme.

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