Matt, Karen y Foggy disfrutan de una noche neoyorquina en la que el trío protagonista y de amigos que tanto nos hicieron disfrutar en su etapa en Netflix, celebra lo que parece ser un futuro prometedor; en gran medida para Foggy quien parece triunfar no únicamente en lo laboral si no también en el ámbito amoroso.
Saliendo un momento a la calle, este último recibe un disparo acabando con su vida.
Algo que Matt no puede soportar así que se enfunda el traje de Daredevil e intenta asesinar (sin éxito) a quien ha disparado a su amigo, que no es otro que Poindexter quién ha sido contratado para acabar con la vida del abogado.
Este hecho hará retirarse del panorama justiciero durante una temporada a Matt quien a su vez peleará con su yo interior por salir adelante.
Tras este hecho, quien debe de poner tierra por medio es Karen, traumatizada por la muerte de Foggy.
Así que el bufete de abogados creado por los tres es más un mero recuerdo que una realidad; de hecho, será Matt el único que ejerza ahora en la ciudad.
En este cambio de rumbo, Matt comienza a tener una relación con la psicóloga Heather Glenn que a su vez ejerce su profesión de terapeuta con el matrimonio formado por Vanessa y Wilson Fisk.
Un Fisk que deberá lidiar con dos frentes que se le abren que no son otros, que el bache que está sufriendo su matrimonio y el ser el alcalde de una ciudad como Nueva York.
Dentro de este amalgama de problemas que se le presentan a Fisk está una conversación que mantiene con Matt en el que le dice explícitamente que no quiere que haya más Vigilantes en la ciudad, puesto que esto le resta autoridad tanto a él como a la policía.
Matt al estar en horas bajas acepta la propuesta, pero como es normal en estos casos, hay dos hechos que hacen que el mayor vigilante de la noche neoyorquina vuelva a sembrar la paz a su manera.
El primero de estos hechos es la muerte de uno de sus clientes Héctor Ayala también conocido como Tigre Blanco quien es acusado injustamente de la muerte de un policía.
Una vez puesto en libertad, es asesinado a sangre fría por alguien que parece ser The Punisher, pero sólo es un grupo de hombres contratados para hacerse pasar por este utilizando incluso hasta su emblema.
El segundo de los hechos y determinante es la irrupción de un asesino en serie conocido como Muse que se dedica a realizar cuadros y graffitis con la sangre de sus víctimas.
La cosa se complica cuando Muse intentará asesinar a Heather y Matt deberá intervenir para salvarla, algo que detecta Wilson Fisk quien enfurece puesto que la policía ha quedado en evidencia al ser Daredevil quien ha logrado derrocar al criminal y no el equipo liderado por el alcalde.
Esto hará que Fisk se convierta por fin en despiadado Kingpin que tantos kilómetros de tinta nos regaló en distintas colecciones de Marvel.
Bastante buen paso este de Daredevil de Netflix a Disney + donde al parecer se ha reescrito gran parte de la serie y a su vez grabado nuevas escenas hasta el episodio seis.
Esto no afecta a la narración, puesto que la serie funciona bastante bien en su cojunto, pero no sólo en esta si no en todas las demás que puedan pasar por nuestras retinas los últimos episodios suelen ser los más épicos.
No dudaba que nos íbamos a encontrar ante una gran serie y es que lo que tiene Daredevil es que es casi el personaje que más me interesa actualmente de todo Marvel.
Con buen ritmo, a pesar de la extensa duración de sus episodios, este "Daredevil: Born Again" que únicamente rescata del cómic su título puede ser vista por quienes no hayan visionado las primeras entregas en Netflix (ahora en Disney +) aunque es recomendable haberlas visto previamente para no perderse algún que otro fleco de la trama.
Estoy deseoso esperando que llegue la segunda temporada aunque habrá que esperar un poquito.


No hay comentarios:
Publicar un comentario