jueves, 28 de noviembre de 2019

MARTIN

De entre todas las películas que dirigió George A. Romero, "Martin" (Ídem - George A. Romero (1977)) era su favorita; y no era para menos.

Este filme, nos cuenta la historia de un joven inadaptado que tiene una cierta inclinación sádica hacia las mujeres, a las cuales, no duda en asaltar y matar mediante una técnica casi ritual.
Primeramente, les inyecta un suero que las hace caer completamente inconscientes y más tarde, cuando no tienen percepción de donde están, Martin, aprovecha para rajarles las muñecas y beber su sangre como si fuese un vampiro.
Y es que este personaje no duda en embadurnarse de rojo, dejando caer la sangre que corre por las venas de sus víctimas de un modo macabro.
En un momento determinado de la película, Martin, entra en una casa de una mujer aprovechando que su marido se ha ausentado por motivos laborales.
Lo que Martin no sabe es que esa mujer estará con su amante y tendrá que asesinar a dos personas en vez de a una, lo que al asesino le provocará más de un conflicto.

Esta secuencia es absolutamente magnífica, ya que vemos a las dos personas que se encontraban en la casa desesperadas por que Martin no les haga nada, (le tienen miedo) y mientras, vemos al sádico joven corriendo de un lado a otro, jeringuilla en mano, dispuesto a clavarles el antídoto que les hará dormirse.
No menos buena es la secuencia inicial en un tren, donde Martin, asesina a una mujer con sus métodos pocos heterodoxos.
La joven intentará zafarse de él de tal manera, que incluso, la secuencia resulta tan violenta que nos parece sacada de un manual de Serial Killers.
Y es que secuencia es tan redonda, (no únicamente la del asesinato) sino como Martin una vez consumado el crimen prepara todo para que parezca que la mujer se ha suicidado que es digna de estudio.
Pero lo más llamativo de todo esto, es que este personaje no se corta ni un pelo.
Una vez comete el crimen, se ducha en el mismo coche - cama donde ha matado a la mujer. Uno se queda de piedra cuando ve esto.

Por otro lado, tenemos al tío de Martin de nombre Cuda y que está convencido que su sobrino es un vampiro. Sabe que mata personas y sabe del modo que lo hace.
Así que en un primer momento intenta sacar el mal de él. Llena la casa de crucifijos, de ajos y le intenta hablarle sobre ciertos valores pero no es capaz de encauzarle.
Así, que decide clavarle una estaca en el pecho y acabar con él.
Ese momento es absolutamente brillante, con lo que cierra un colofón a una película con pocos medios pero con un alma y un espíritu que muchas películas con un presupuesto más elevado no a transmitir ni de lejos lo que esta película consigue.

Siempre había estado en mi lista de películas por ver y aunque he tardado en llegar a ella, me siento absolutamente afortunado de haberla podido ver. Altamente recomendable.


No hay comentarios:

Publicar un comentario