QUIÉN LO IMPIDE

La ganadora del último Goya a película documental es un experimento social que cabalga entre la realidad documentalizada y la ficción. 
Un trabajo atípico, pero con un mecanismo de complejidad narrativa que su director Jonás Trueba ha tardado cinco años en concluir.

"Quién lo impide" (Ídem - Jonás Trueba (2021)) habla de la vida de distintos adolescentes y de cómo estos ven el mundo que les rodea. 
Tomando como referente a dos de ellos Pablo Hoyos y Candela Recio con los que el más joven de los Trueba había trabajado con anterioridad en un proyecto de ficción; el cineasta, crea unos códigos narrativos que aunque en un principio no sabemos hacia donde van dirigidos, a medida que avanza la película entendemos la deriva del film. 

Una película observacional, que juega con las emociones de unas personas en la edad más complicada de sus vidas, donde deberán de decidir sobre su futuro más cercano.
Si optan por una carrera, si estudian bachillerato o una FP. 
También es la película de los primeros amores, la pérdida de la virginidad o las primeras locuras que se hacen por amor.

De notable mención, es también, la parte dedicada al bulling y su manera de afrontarlo o de cómo algunos de ellos buscan su identidad vistiéndose o maquillándose de determinada manera.

A pesar de su extensa duración, ya al comienzo del filme te sientes identificado con los chicos, queriendo saber más sobre sus vidas y sus problemas existenciales, los cuales, si nos paramos a pensar no están muy alejados de los que tuvimos nosotros a sus edades. 

Visionar esta película nos hace recordar lo efímero que fueron aquellos tiempos donde poco importaba lo importante y donde importaba mucho lo efímero y banal. 
Esto nos hace pensar que lejanos parecen estar esos tiempos, aunque al menos para mí, no lo parecen tanto porque en el fondo tengo incrustadas cosas en mi mente que aún me hacen pensar que soy un eterno adolescente. 

Algo de lo que no me quejo, por cierto.