miércoles, 10 de julio de 2019

EL RESPLANDOR

No voy hacer comparativas entre la novela y la película de Stanley Kubrick, más que nada, porque (bajo mi punto de vista) son reinterpretaciones diferentes de la misma historia; al igual que cualquier otro tipo de obra adaptada a otro medio.
La obra de King me parece más reflexiva, contemplativa y sin ningún género de dudas el personaje de Jack Torrance es un fiel reflejo del propio escritor de Maine.

Un hombre con una adicción al alcohol desmesurada, un matrimonio al borde de la ruptura debido a los demonios interiores de él y a su vez, cuenta la historia de un escritor de éxito en busca del siguiente pelotazo, que le mantenga en la estela del reconocimiento.

Ahora bien, lo que sucede en el hotel Overlook puede llevar a varias conclusiones que me gustaría plantear:

A) Puede que realmente si aconteciesen hechos extraños debido al pasado tortuoso del lugar.

B) Que todo sean alucinaciones que aparecen en la mente de Jack Torrance, quien muy probablemente padezca un delirium tremens ocasionado por su alcoholismo.

Pero si cualquiera de estas dos opciones fuesen válidas, ¿cómo es que Danny, (su hijo) puede ver y sentir cosas? ¿Cómo es capaz de comunicarse a través de la mente?
Quizás no nos estamos cuenta de esa dualidad, ese paralelismo existente entre lo real y lo irreal, en lo que es cierto y en lo que no. ¿Si acaso existiesen sucesos, actos y otras sensaciones que no somos capaces de explicar? Estaríamos en un estado de shock constante o por el contrario, deberíamos de plantearnos el por qué de las cosas. Ahí dejo esta reflexión.

Por otro lado, me interesa mucho de la novela la relación existente entre los personajes. Wendy, la mujer de Torrance y madre de Danny, cumple ese rol de mujer maltratada (al menos psicológicamente) que aguanta el tirón por el bien de su hijo (y porque creo) que siente lástima por Jack, quien a pesar de ser un brabucón, es un ser humano indefenso, tanto es así, que el recaer constantemente en la bebida lo debilita cada vez más.
En un momento determinado Wendy se convierte en una especie de madre coraje, una madre capaz de rescatar a Danny de las garras de su padre que ha perdido por completo la cabeza.
Porque el Overlook ataca a Jack donde más daño le puede hacer. El Overlook absorbe al escritor y le incita a beber.
Bien es sabido, a su vez, que el anterior vigilante de invierno del hotel también perdió los papeles y mató a su familia ¿nada les hacía sospechar que ese aislamiento les podía perjudicar? ¿No se podrían plantear que el estado anímico de Jack no era el más propicio para ese empleo?

Guste o no, el viajar hasta ese punto es el destino que han decidido tomar los personajes; unos personajes con unos objetivos claros, concisos y que bien podrían representar a una familia de clase media estadounidense.

No puedo olvidarme de entre todos los personajes de Hollorann, ese hombre capaz de comunicarse con la mente al igual que Danny. Su madre tenía ese don y él lo heredó. Hollorann es capaz de saber quien es especial, quien tiene la capacidad de tener el resplandor. Intuye si algo va a ir bien o mal, ¿podríamos llamar a eso tener corazonadas? No lo sé, pero sin ningún género de dudas eso es un don.

Fascinante novela que me ha hecho reflexionar, pensar y sobretodo ver un poco más allá de lo que somos capaces de mostrar de nosotros mismos, porque nos guste o no, el mal suele perseguirnos y nos azota con su presencia.

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