jueves, 1 de abril de 2021

THE KILLING OF TWO LOVERS


El mundo de David se desmorona. 
Ha construido una familia maravillosa, sus hijos le adoran y él está completamente enamorado de su esposa. 
Pero ella necesita un tiempo. Quizás, haga balance de lo vivido con él y de repente todo ha ido demasiado rápido para ella; familia, hijos, un trabajo que sólo sirve para pagar las facturas...
Parece que quiere darle un nuevo rumbo a su vida. 

Mientras que David, quiere recuperarla, quiere volver a tener lo que tenía antes.
Puede que haya hecho algunas cosas mal, pero es un marido fiel, trabajador y que por encima de todo ama a su familia y lo que ha construido. 
Hace lo indecible, trabaja en todo lo que puede, ha vuelto a vivir con su padre e intenta que sus hijos, no sufran su ausencia realizando cualquier tipo de actividad que les separe de esta dura situación. 

Pero Nikki (que es cómo se llama su esposa), ya ha encontrado a alguien.
Un compañero de trabajo que no duda en llevarle flores a casa y que va en serio en cuanto a lo de mantener una relación con ella. 
David presencia esto y no puede soportar la impotencia de ver cómo su mundo se desmorona. 

Ha comprado una pistola, en cualquier momento puede cometer una locura. No quiere hacerlo. 
Un día tras llevar a sus hijos a casa, se topa con Derek, la nueva pareja de su esposa. 
Parece que van a tener una discusión, a continuación le piden a Nikki que se vaya para mantener una conversación amistosa, pero no. Derek aprovecha un momento de distracción de David para pegarle una paliza. 

David se irá, pistola en mano, no sabemos si se va a suicidar o si querrá matar alguien. 
Finalmente, Nikki va en su búsqueda, es entonces cuando David está al borde de la muerte cuando ella asume su rendición y decide volver con él. 
El hombre ha tenido que sufrir físicamente para ella se dé cuenta de lo que está dispuesto a hacer por ella. 

Brillante esta "The Killing of two lovers" (Ídem - Robert Machoian - (2020)) que me hubiese encantado ver en pantalla grande y que ha mantenido atrapado durante sus 85 minutos de duración.
Puede ser que su corta duración y su concreción a la hora de ser contada haya servido para que su argumento y su historia (con la que me siento muy identificado) me llegasen al corazón. 

Todos, en algún momento hemos sido David y hemos intentado lo indecible para mantener a nuestras parejas o lo que hemos construido con ellas. 
En mi caso, no tengo hijos, pero creo que al igual que él, también lucharía por volver a crear el reducto familiar, porque el poder construir algo así es lo más hermoso que podemos lograr en esta vida, efímera al fin de al cabo y bella al mismo tiempo. 

Bonita y cruenta reflexión de la vida en pareja cuyo título nos evoca a la destrucción del amor, pero ese final de la película, cuando volvemos a ver al matrimonio comprando una lavadora y a él se le ve masacrado tiempo después tras la paliza; nos hace ver que por muy duras que sean las circunstancias, si en realidad hay amor, puede que llegue la calma y el tiempo vuelva a poner las cosas en su sitio.

Ojalá todos los finales fuesen así. 

Preciosa es también la reflexión de la América profunda.
La inestabilidad laboral, sus gentes, sus traslados en coche para llegar de un sitio a otro, la soledad, la vista de esos lugares casi fantasmales prácticamente deshabitados donde todos se conocen.
La belleza del cielo plomizo, carente de luz. 
Puro cine.

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