ARISTÓCRATAS CONVERSOS

Desde que tengo uso de razón, he conocido muchas personas que quieren aparentar más de lo que son. 

Ese emblema que algunos se quieren otorgar, bien podría ser una manifestación de querer ocupar un status social que a uno no le corresponde o qué le gustaría alcanzar. 

Algo así le sucede a los protagonistas de "Aristócratas conversos"; personajes que viven en un mundo elitista y que muy a su pesar, no poseen la posición económica que aparenta su condición social.

Excesivamente cara es la vida en las zonas residenciales a las afueras de Madrid o en lugares donde residen este tipo de individuos, quienes se aferran a un tren de vida del cual no se pueden bajar. 

Y es que para la pareja protagonista de esta historia, todo cobra un cáliz preocupante cuando se les va terminando el dinero que tenían, siendo para ellos un drama sólo el pensar que se tienen que poner a trabajar.
Porque para evitar pasar por ello han invertido en miles de oportunidades, esperando un rédito a corto plazo sin dar un palo al agua que es lo que realmente desean. 

Dentro del hogar, el único que parece tener algo de cabeza es el hijo de estos, quien no duda en salir del "confort" del entorno familiar para buscarse la vida por su lado.
En esta historia, también nos encontramos a un mayordomo que ya no sabe hacer otra cosa que servir en la casa y que ayudará al clan familiar a salir del atolladero económico en el que se encuentran sumergidos.

Para más inri deambula por allí, el marqués, que conocedor del bache por el que pasa esta peculiar familia hará una oferta económica por la mansión en la que residen, valorándola a un precio inferior del que costaría en circunstancias normales. 

Sin hacer más spoilers en los que entraría en esta trama la hija de familia, deciros que "Aristócratas conversos" es una de esas obras divertidas, que con su hora y media de duración hace que nos sintamos partícipes de las desventuras de esta familia tan particular. 

A destacar sus momentos de humor, que hará las delicias de cualquier tipo de público. 

Un plan perfecto para estas calurosas tardes de verano.

Podéis disfrutarla en el Teatro Fígaro de Madrid.