No puedo dejar de leer a Javier Cercas.
Ya en mi adolescencia me atrapó con "Soldados de Salamina", más tarde con "La velocidad de la luz" y después con otras tres novelas que me confirmaron lo que ya sabía, que es un maestro de las letras.
"Las leyes de la frontera" se ha convertido en la sexta de sus novelas que leo y no puedo sacarla de mi mente.
Las vidas del Zarco, el gafitas y Tere me persiguen como si formasen parte de mi existencia.
La Cataluña del año 1978 sólo tres años después de la muerte del Caudillo, tiempos convulsos, en una España que empezaba a mirar al futuro y a pensar en lo que quería llegar a ser.
Los charneros, una juventud carente de identidad, el amor, las drogas... la vida al fin y al cabo.
Una vuelta al vivir, a desear y por qué no, a soñar.
Esta no deja de ser la historia del gafitas, hijo de una familia de clase media y su incorporación a la banda del Zarco, de como este tuvo que adaptarse para poder formar parte de algo porque en realidad no formaba parte de nada.
Y es que en la adolescencia, todos hemos querido formar parte de algo, aunque para ello tuviésemos un precio alto que pagar.
Al gafitas lo primero que le llama la atención del entorno del Zarco es Tere, la supuesta novia del delincuente y de la que se termina enamorando.
Para él es la mujer más hermosa que ha visto nunca. Ella lo sabe, y utiliza sus armas de seducción para atraerle. Una felación en los baños de unos recreativos es la fórmula que utiliza para atraer al joven.
Con el paso del tiempo, Nacho, que es como le llaman sus allegados va al barrio donde el Zarco y los suyos traman sus hazañas.
El Drácula, el Gordo, el Chino... todos tienen un papel fundamental en esa pandilla que se dedica a delinquir, pero ninguno de ellos cumple el perfil del gafitas, él es una persona por así decirlo normal, inocente, del que nadie podría sospechar, así que en el fondo, el Zarco le necesita.
A medida que pasan los meses se terminan los asaltos a chalets o los tirones de bolsos, deciden atracar cosas más grandes y es en una de esas huidas, cuando el Zarco es capturado tras romperse un pie.
Es ahí cuando sus caminos se separan, cuando el padre de Nacho le protege ante el inspector Cuenca y le ayuda a no ir a la cárcel, en cierta medida, la vida le estaba dando una segunda oportunidad.
Pasados unos años, Nacho, el gafitas ya no es aquel adolescente que quiso volverse delincuente en el verano del 78. Ahora es un prestigioso abogado conocido como Ignacio Cañas, al que se le brinda la oportunidad de sacar de la cárcel a su viejo amigo.
Tras este hecho, Tere vuelve a su vida con fuerza. Tanto es así, que entre ambos se produce una pequeña historia de amor, para él intensa aunque para ella pasajera y es que en el fondo, a Tere siempre le ha gustado hacer lo que le ha dado la gana.
Ahora bien, nunca es tarde para aprender de los errores. Ignacio sigue cayendo en los mismos, se deja engañar una y otra vez por Tere y el Zarco, aunque a fin de cuentas, él sabe que ambos forman parte de su vida.
Al igual que en otras novelas de Cercas, "Las leyes de la frontera" nos acerca a la vida de unos personajes, los cuales, muy probablemente no tengamos que ver con ellos pero que sin quererlo pasan a formar parte de nuestra existencia.
De hecho, hacía tiempo que no disfrutaba tanto de una lectura. Sólo puedo decir que os la recomiendo.
Deseando ver lo que ha hecho Daniel Monzón con la adaptación cinematográfica que se estrena este mes.
Os lo contaré también por aquí.
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